
Koldo
Santi Brouard
Santiago Brouard (1919 Lekeitio-n, Bizkaia - GALek Bilbon, 1984ko azaroaren 20an, hilda) mediku eta, euskal ideologia nazionalistako, euskal politikaria izan zen.
Fue médico pediatra y dirigente de la denominada izquierda abertzale, teniente alcalde de Bilbao, y elegido al Senado español, como miembro de Herri Batasuna.
Estudió medicina en la Universidad de Valladolid, según confesaría después por influencia del fallecimiento repentino en poco tiempo de dos de sus hermanas.
Una vez terminó la carrera regresó a Bilbao para realizar la especialización en pediatría en el Hospital de Basurto. Rondando los cuarenta años contrajo matrimonio con Teresa Aldamiz, con la que tendría tres hijos.
En este momento se empieza a acercar al nacionalismo vasco, participando en la fundación de las primeras ikastolas (escuelas donde se imparte docencia en euskera) de Vizcaya. Huyó a Francia en 1974 tras ser perseguido por atender a un militante de ETA herido de bala por la policía.
En el País Vasco francés entro en contacto con históricos de ETA como Argala, con el que, en las postrimerías de la dictadura franquista, participó en la elaboración de la Alternativa KAS, la cual era un programa de mínimos al que se adherían diferentes organizaciones de la izquierda nacionalista vasca, entre ellas ETA político-militar, aunque no ETA militar, ya que esta se ha desvinculado de las actividades legales.
Brouard fue uno de los fundadores de Euskal Herriko Alderdi Sozialista (EHAS) que, posteriormente, pasó a denominarse Herri Alderdi Sozialista Iraultzailea (HASI) en 1977. Fue presidente de HASI y dirigente de Herri Batasuna hasta su asesinato. A su vuelta del exilio Santiago Brouard siguió implicado en la política a la vez que atendía su consulta de pediatría en Bilbao.
Fue encarcelado en 1983 por los sucesos de la Casa de Juntas de Guernica en que un grupo de diputados de Herri Batasuna cantó el Eusko gudariak (himno al soldado vasco) durante la visita del rey Juan Carlos I. Formó parte de la Mesa Nacional de Herri Batasuna y fue elegido parlamentario nacional y autonómico por Vizcaya en varias ocasiones, también fue teniente de alcalde de Bilbao durante una legislatura.
Asesinato El 20 de noviembre de 1984 fue asesinado en su consulta de pediatría. Los autores materiales del crimen fueron Luis Morcillo y Rafael López Ocaña, sicarios contratados por los GAL.
Según el testimonio de López Ocaña, este cobró 3 millones de pesetas de manos de Morcillo por el asesinato. Morcillo los habría recibido de Rafael Masa, por aquel entonces comandante de la Guardia Civil. Según esta declaración de Ocaña, el dinero provenía de Julián Sancristóbal, en aquella época era el director General de Seguridad del Estado en el gobierno de Felipe Gonzalez (PSOE).
Gure Musika
EuskalHerria-ko Musika
Kantak entzuteko, nabigatzailearentzako baimena eman behar da.
XIX mendeko Lekittarak
XIX Mendeko gerrak
Frantziarrengatiko Lekeitio-ko Okupazioa
Se preveía el formar una escuadra de unas sesenta naves que eran de agruparse en Cádiz, para salir en socorro de la isla de San Miguel y reducir a los alzados por el pretendiente portugués.
Pero, noticiosos de que una escuadra francesa, bien pertrechada y armada, de potencia similar a la referida, se dirigía hacia aquellas aguas en apoyo de los portugueses, levó anclas con celeridad la armada de Bazán ya preparada, sin esperar a que se le sumara la vizcaína de Recalde, que se hallaba sin aparejar por completo.
Llegadas a las Azores ambas armadas y en presencia las fuerzas adversarias, se dispusieron a atacarse mutuamente. Eran las fuerzas españolas inferiores en número de unidades y dotación, pero como pudo verse después, harto compensadas estaban, con el experimentado mando y superior estrategia del almirante Bazán. Tras los primeros tanteos y escaramuzas, siguióse una encarnizada batalla en la que ambas naves capitanas se arremetieron furiosamente, quedando victoriosas las armas españolas. Fueron apresados y hundidos bastantes navíos franceses.
Había combatido la armada hispana en inferioridad numérica, pues no más de treinta y cinco navíos nacionales tomaron parte en la misma, pues el resto de la flota como las quince naves del almirante Recalde (además de otras rezagadas de la armada de Bazán), llegaron al teatro del combate dos semanas más tarde. Con ellas venía también el almirante lekeitiano Juan Martínez de Guillistegui, a quien acompañaban en la expedición veinticuatro convecinos lekeitianos. El contingente normal bizkaíno estaba reforzado, según pedido de S. M., por trescientos marineros «o los más que pudieran», según rezaba la solicitud real, y «como quiera que en este Señorío conforme a sus fueros y libertades no pueden ser quintados para yubiarlos a la fuerza»... dispuso la Junta de aquel organismo, el que se repartiera el contingente entre los lugares marítimos correspondientes.
La prosecución de esta batalla y conquista de las Azores se dejó para el año siguiente; regresó nuestra armada a la península, habiendo dejado en la isla de San Miguel un refuerzo de 2.600 hombres. Fue completada por Bizkaia, la petición real de un nuevo contingente de 800 hombres, y bajo la dirección de Oquendo y Recalde, colaboradores inmediatos de Bazán (Capitán General de la armada), se dirigieron nuevamente a ellas (año 1583), donde fueron conquistadas en tres días todas las islas, tras rendir 44 fuertes y ocupado 300 piezas de artillería, 14 naves francesas, 4 inglesas, 2 corsarias, y recobrándose las naves bizkainas y castellanas, detenidas el año anterior.
Bermeo-ko Gertakaria
Sucedió el día de Pentecostés, 26 de Mayo de 1822, un barco llamado San José; cuyo patrón llamado Nicolás Jauregui, de Lekeitio, y 4 marineros llamados, Domingo Iza de 30 años, José Ignacio Achurra de 36, (no aparecen más tripulantes), tras cargar en la ría de Bilbao 300 fanegas de sal, que iban destinadas a Bermeo para don José Vicente Aurrecoechea, una partida de Grasa destinada a Donostia-San Sebastián, una partida de Loza y 6 bultos o cajones con destino a Donostia-San Sebastián. Arribaron al puerto de Bermeo el día 1º de Pentecostés sobre las 4 de la tarde y por ser día de precepto el día de la llegada 26 y el siguiente 27, no pudo hacerse la descarga hasta el día 28.
El día 28 sobre las 4 ½ horas fueron sorprendidos todos, menos un marinero que se hallaba en misa, por una partida de hombres armados, que oyó decir eran facciosos en numero de 9 o 10 hombres. Fue preguntado el patrón Nicolás Jauregui por 2 de ellos que cual era el último cachamarin que había llegado cargado con sal, contestándoles no saber y preguntado cuál era el barco que aparecía en un papel que les enseñaron, les contesto que era el suyo, a lo que los armados le ordenaron imperiosamente que sacasen todas las pertenencias a lo que Jauregui les dijo que no tenía cosas que les hiciese falta. Inmediatamente dos de los armados engatillaron sus fusiles amenazándoles con disparar a lo que el patrón les dijo que registrasen ellos mismos el barco.
Habiendo encontrado los 6 cajones, sacaron los bultos de abordo ayudados de personas que se encontraban en el muelle, cajones que llevaron al interior de la villa.
Los marineros lekeitianos declararon que los armados no podían saber nada de la carga por boca de ellos, aunque sabe que vino con ellos un pasajero que no sabía su nombre ni su apellido pero que se encontraba en la posada de doña Mª Manuela Landa, quien dijo que se llamaba don José Urbistondo y que era la primera vez que le veía en su posada.
Los insurgentes a quienes algunos llamaban voluntarios, llevaron para la descarga a don Ramón Goitia Echebarria, carpintero y vecino de Bermeo, al que amenazaron con matarle sino les ayudaba a descargar los cajones, cosa que hizo ayudado por uno de ellos. Los cajones fueron trasladados al Portal del Convento de extramuros de esta villa donde vio que había otros 5 cajones, todos ellos de la lancha Lekeitiana. Observó como los armados soltaron un cajón y vio en su interior ropa militar, a lo que sin esperar a ver más se retiró a su carpintería.
Otro de los que fueron obligados a trasladar dichos cajones fue don Domingo Telleria, vecino de Bermeo, que llevó hasta el Portal de San Francisco y allí observó en los cajones que estaban abiertos, calzado, vestidos militares, morrones, sables y cartucheras.
El 5 de Junio de 1822, Nicolás Jauregui fue llevado a presencia del Juez de Guernica, quien ordenó su detención y conducción a la habitación del Alcaide carcelero de la villa de Guernica, aunque no hubiese causa que lo justificase.
El 8 de Junio de 1822, Nicolás Jauregui es puesto en libertad por el Juez de Guernica a instancias del Fiscal, porque no había pruebas contra él, ni tampoco indicios sospechosos.
Gerra Karlistak
En 1833 la mayoría de los campesinos, clases urbanas bajas de las provincias Vascas, Catalana y Aragón, toman las armas contra el gobierno liberal. En el País Vasco el ejercito carlista dominará pronto extensos territorios exceptuando las capitales y algunos pueblo. Lekeitio, estando en manos de los liberales, será fortificada en agosto de 1834, por real orden del gobierno.
Así y todo, proseguían los combates, que se desarrollaron con distinta suerte. En una ocasión, dirigía Zabala las fuerzas que actuaban por Durango; Simón de la Torre, que venía retrocediendo desde Orozco, pudo unir sus fuerzas a las de aquél, y en las calles de Guernica batieron completamente a su perseguidor, el barón de Solar que, derrotado, hubo de huir despavorido a Bilbao.
Pero, normalmente, las fuerzas del pretendiente seguían la táctica de guerrillas, escaramuceando continuamente a las tropas constitucionales, a quienes mantenían en continua zozobra y, a su vez, Espartel las perseguía constantemente, o bien efectuaba éste infructuosos paseos militares (llegó a llamársele el ordinario de Durango), ante un enemigo que habitualmente se le esfumaba de entre las manos, aunque a poco, amparado en la desigualdad numérica, pudo batir a las partidas de Zabala y del brigadier lekeitiano Armencha, en las cercanías de Bermeo. En esta acción fue hecho prisionero el lekeitiano y fusilado a los pocos días en Bilbao, momento en que demostró una gran entereza, y según Guiard, que lo toma de Menningsen, era Armencha quizá el más influyente personaje en Bizkaia y Gipuzkoa.
Sorprendió el puesto liberal de Valmaseda (9 de febrero) apoderándose de material de guerra, cañones y más de 500 prisioneros; a seguido, el Mercadillo (en el Valle de Mena) el día 11. Pasó luego a Portugalete, y de allí a Plencia que la tomó por asalto el 25. El 12 de abril de 1836 será conquistada la plaza fuerte de Lekeitio por los carlistas, sus 800 soldados capitulan, y se apoderan de dieciocho piezas de artillería y gran cantidad de pertrechos. Había estado guarnecida la villa marinera por unos mil hombres de los regimientos de Ronda y Logroño, además de otros destacamentos, y dos cañoneros anclados en el puerto que huyeron ante la acometida carlista, tras recoger en ellos a algunos significados moradores.
Los carlistas agarrándose a las piedras y echando el arma a la espalda con increíbles esfuerzos para subir, y así despreciando los asaltantes al enemigo, ganaron terreno. E igualmente actuó con precisión la artillería, que con su extraordinaria puntería, ponía los tiros a vanguardia de los que trepaban. Así fue tomado el fuerte.
Detrás de ellos subieron los artilleros de campaña, y juntos todos se echaron al asalto sobre el pueblo, y «desprevenido el enemigo, depuso las armas en las calles, en las casas y puestos interiores de defensa, conforme avanzaban nuestras tropas».
Simultáneamente con el asalto precedente y en el momento de ocupar el referido castillo, atacaron al fuerte de la isla, la artillería y las fuerzas que se hallaban frente a ella, e impidieron que el enemigo pudiera huir del puerto, fugándose en lanchas (como lo pretendieron), y obligaron a los de la isla a capitular.
Bigarren Gerra Karlista
Durante el año 1875, segunda guerra carlista (18-2-1876), los carlistas artillearon las poblaciones de la costa que más les interesaba para sus desembarcos de armas etc., como Lekeitio, Deba, Bermeo, Mutriku, etc. y tan bien actuaron las baterías situadas en estos puntos que los buques liberales de guerra apenas se atrevían a acercarse a tierra. El 10 de julio de 1876 la fragata "Gazteiz-Vitoria" bombardeó la villa de Lekeitio y posteriormente la de Ondarroa.
XVI mendeko Lekittarak
Ravena-ko Gudua
Habiéndose apoderado el monarca francés Luis XII del condado de Bolonia y otras tierras pertenecientes a la Santa Sede, sostenía ésta una abierta guerra contra aquél, por lo que apeló el Papa Julio II a establecer una alianza con Fernando el Católico y la república de Venecia.
Mandaba las tropas francesas el Duque de Nemours (Gastón de Foix); dirigía a los confederados, el virrey de Nápoles, don Ramón de Cardona. Se encontraron ambos ejércitos frente a frente (Pascua de Resurrección de 1512) en las proximidades de la ciudad de Rávena y las tropas francesas arremetieron contra las de la Liga obligándolas a replegarse, aunque a costa de grandes pérdidas por ambas partes.
Halló la muerte el propio Duque de Nemours, y por parte española hicieron prisionero a Pedro Navarro. Murió bravamente en ella, el coronel bizkaíno Cristóbal de Zamudio, que había luchado en toda la campaña italiana a las órdenes del Gran Capitán, y siendo capitán, en 1503, con Diego García tomó a Castelnovo.
Consecuentemente a esta batalla de Rávena, en la que triunfaron las armas francesas sobre las españolas y deseando vindicar las glorias patrias, salió el marino lekeitiano Martín Sáez de Zearreta (1471-1534) al mando de la carabela Santa María a hacer guerra por su cuenta. Al avistar sobre la isla de Bujas doce naos francesas (ocho mercantes y cuatro de guerra, convoyándolas), sin tener en cuenta el desplazamiento de su nave (80 Tm.), ni su dotación (60 hombres), las atacó con tal pericia y coraje que, tras tres horas de rudo combate, echó a pique una de las naves, se apoderó de otras dos (con sus capitanes y ciento noventa hombres de pelea, poniendo en vergonzosa fuga a las demás, sin poder proseguir su persecución, por los estropicios que le fueron ocasionados en el combate.
Fue recompensado este heroico hecho de armas por la reina doña Juana y su padre don Fernando, concediéndole permiso al glorioso capitán para poner en el escudo de sus armas la imagen de las cuatro naves de guerra rendidas y apresadas. "Claros varones de Bizkaia". Juan E. Delmas.
Frantziako Inbasioa
En 1608 no tenía Lekeitio sino 308 fuegos, o sea unos 1900 habitantes. O quizá se tratara del contingente aportado por Adán de Yarza, del que se habla seguidamente.
Al mismo tiempo, para oponerse a las tropas francesas que invadían Nabarra y Gipuzkoa (año 1512), aparte de las provincias invadidas que llevaron el peso de la guerra, las tropas del Señorío intervinieron también fundamentalmente en la constitución del ejército defensor de nuestras fronteras que organizara Don Fernando. En la defensa de Donostia-San Sebastián se hallaba Juan de Arteaga, de Munitívar.
Esta invasión francesa, era debida a la protección del rey francés al ex-soberano navarro Juan de Albret, para tratar de recuperar el territorio navarro perdido por éste.
Ante la ofensiva francesa, el Duque de Alba tuvo que encerrarse en Pamplona, amparándose en el castillo y fortaleza circundante. El ejército del duque estaba integrado en gran parte por tropas bizkainas de las que mil hombres iban capitaneados por Ruiz de Abendaño, y otros mil por el caballero Gómez de Butrón.
En la defensa de la capital Nabarra cayó herido el entonces capitán Iñigo de Loyola, nacido en Azpeitia (barrio de Loyola), de noble familia guipuzcoana y descendiente directo por línea materna de los Licona de Ondárroa y Lekeitio. Tras su canonización y subida a los altares, fue declarado Santo Patrono de las provincias hermanas de Gipuzkoa y Bizkaia.
Acudió también a socorrer la capital Nabarra don Martín García de Yarza, del solar de Zubieta. Al mismo tiempo, dos cuerpos de tropas francesas invadieron Gipuzkoa llegando a cercar a Donostia-San Sebastián, donde se había encerrado toda la nobleza guipuzcoana y vizcaína.
Tras ser rechazados por la ciudad hasta ocho asaltos, al acudir en socorro de la plaza sitiada otras fuerzas Vascas, los franco-nabarros levantaron el sitio y traspusieron los Pirineos.
Muchos bizkainos, entre ellos cuatrocientos vecinos de Lekeitio y también dos mil guipuzcoanos, tomaron parte en la batalla de Noain, junto a Pamplona, en la que fue derrotado el francés Esparroso. La reacción enemiga hizo su presencia el mismo año 1521 en el sitio puesto a Hondarribia por el Almirante Bonivet, y en el socorro a la plaza fronteriza hay que destacar el valor de los lekeitianos y de los donostiarras, que por el puntal de Higuer, y haciendo frente a los sitiadores, introdujeron en Hondarribia, hombres, municiones y alimentos.
La villa de Lekeitio aportó cien hombres para la defensa de la capital guipuzcoana y gastó (incluida la guerra de Nabarra), 281.555 maravedís. Aparte, también don Francisco Adán de Yarza con más de quinientos hombres que llevó por mar, socorrió la plaza donostiarra, pero con tal mala fortuna que al salir de ella (también por mar), fue hecho prisionero por los franceses, quienes le llevaron cautivo a una fortaleza francesa en la que permaneció más de seis meses, no saliendo de ella hasta después del pago del rescate pedido por sus aprehensores, que ascendía a más de tres mil ducados.
San Marcial-ko Borroka
En 1522, tuvo lugar la memorable batalla de San Marcial, en que las tropas vascas, a las órdenes del Capitán General de Gipuzkoa, tras su brillante actuación hicieron que los franceses levantaran el sitio de Behobia.
Una vez hecho prisionero el monarca francés (24 de febrero de 1525), por posterior concordia (14 de enero de 1526) se establecían entre ambos reinos (Francia y España) ciertas condiciones a satisfacer por parte francesa a cambio de la libertad del rey, y como garantía dejaba en el castillo de Pedraza a sus dos hijos mayores.
Y al acordarse por la Paz de Cambray el que también los príncipes franceses recobraran la libertad mediante el pago de un rescate que importaba dos millones de escudos de oro, ¡oh, ironías del destino!, de orden del Condestable, sería precisamente el propio don Francisco Adán de Yarza quien (volviéndose las tornas) acompañara a 105 príncipes, asistiéndoles en viaje de regreso a su patria, luego que entregaran la plata y oro arriba citados, por el valor mencionado.
Barbarroja-ren Aurka
Barbarroja, apoyado por Solimán el Magnífico que le nombró su almirante, se había apoderado de La Goleta, y después de Túnez, cuyo rey Mulen Hassan, era vasallo de España. En su consecuencia, organizó España una armada de 420 velas con Carlos V al frente, bajo el mando de los almirantes Andrea Doria y D. Alvaro de Bazán. Participaba Bizkaia (comprendiendo Gipuzkoa) con veintitrés naves y mil quinientos hombres.
La escuadra expedicionaria conquistó el fuerte de La Goleta (Túnez), y luego de un desembarco delante de la ciudad, vencieron a las huestes de Barbarroja, haciendo su triunfal entrada en la ciudad el 21 de julio de 1535. Repuso el emperador a Muley Hassan en el trono, y estableció una guarnición española en La Goleta, Bizerta y Bona.
Pero el fabuloso imperio turco seguía con su potente flota como lo demostró en las posteriores batallas de San Mauro y Prevesa, en 1538. El día 27 de setiembre de este año, se hizo famoso por su arrojo, el capitán bizkaíno Machín de Munguía.
Con la toma de La Goleta se apoderaron de 86 naves de Barbarroja y 400 cañones. Al conquistar Túnez, recobraron la libertad 20.000 cristianos que se hallaban presos en la alcazaba, entre ellos los bizkaínos apresados en las naves de Portuondo. Intervino también en esta gloriosa acción el almirante lekeitiano Arteita.
Las Azores-ko Hartzea (1532)
Se preveía el formar una escuadra de unas sesenta naves que eran de agruparse en Cádiz, para salir en socorro de la isla de San Miguel y reducir a los alzados por el pretendiente portugués.
Pero, noticiosos de que una escuadra francesa, bien pertrechada y armada, de potencia similar a la referida, se dirigía hacia aquellas aguas en apoyo de los portugueses, levó anclas con celeridad la armada de Bazán ya preparada, sin esperar a que se le sumara la vizcaína de Recalde, que se hallaba sin aparejar por completo.
Llegadas a las Azores ambas armadas y en presencia las fuerzas adversarias, se dispusieron a atacarse mutuamente. Eran las fuerzas españolas inferiores en número de unidades y dotación, pero como pudo verse después, harto compensadas estaban, con el experimentado mando y superior estrategia del almirante Bazán. Tras los primeros tanteos y escaramuzas, siguióse una encarnizada batalla en la que ambas naves capitanas se arremetieron furiosamente, quedando victoriosas las armas españolas. Fueron apresados y hundidos bastantes navíos franceses.
Había combatido la armada hispana en inferioridad numérica, pues no más de treinta y cinco navíos nacionales tomaron parte en la misma, pues el resto de la flota como las quince naves del almirante Recalde (además de otras rezagadas de la armada de Bazán), llegaron al teatro del combate dos semanas más tarde. Con ellas venía también el almirante lekeitiano Juan Martínez de Guillistegui, a quien acompañaban en la expedición veinticuatro convecinos lekeitianos.
El contingente normal bizkaíno estaba reforzado, según pedido de S. M., por trescientos marineros «o los más que pudieran», según rezaba la solicitud real, y «como quiera que en este Señorío conforme a sus fueros y libertades no pueden ser quintados para yubiarlos a la fuerza»... dispuso la Junta de aquel organismo, el que se repartiera el contingente entre los lugares marítimos correspondientes.
La prosecución de esta batalla y conquista de las Azores se dejó para el año siguiente; regresó nuestra armada a la península, habiendo dejado en la isla de San Miguel un refuerzo de 2.600 hombres. Fue completada por Bizkaia, la petición real de un nuevo contingente de 800 hombres, y bajo la dirección de Oquendo y Recalde, colaboradores inmediatos de Bazán (Capitán General de la armada), se dirigieron nuevamente a ellas (año 1583), donde fueron conquistadas en tres días todas las islas, tras rendir 44 fuertes y ocupado 300 piezas de artillería, 14 naves francesas, 4 inglesas, 2 corsarias, y recobrándose las naves bizkainas y castellanas, detenidas el año anterior.
XV mendeko Lekittarak
Bandokideko Borrokak
En 1411, muere en Lekeitio, Rodrigo Adán de Yarza, a manos de Martín Pérez de Licona, por lo que éste es expulsado de aquella villa y se establece definitivamente en Ondárroa. Al pelear en Munguia los Butrón y Abendaño, se producen algunas muertes, por lo que los protagonistas causantes, son desterrados a la Corte.
Luchan en Larrabezua los Zugazti y Lezama, mientras se atacan en Orozco, los Ayala y Abendaño; por otro lado, los Barrueta contra los Markina, en la villa de su nombre. Los combates entre Arancibia y los Adán de Yarza en Berriatúa, originan la muerte de Sancho y Fernando de Adán de Yarza, dos bastardos de Arancibia, y otros doce hombres (el año 1417).
Se embisten en las Encartaciones, los Marroquines de Zalla contra los Salcedo, y los Zarnudianos contra los de Gordexola (Gordejuela). Y, es por entonces, cuando Lope García de Salazar, nuestro famoso banderizo, el de las Bienandanzas, mata a Lope Ochoa de Mendieta, a los pies de su torre.
Granadako Lorpena
Es más, no sólo intervendrían los bizkainos en la conquista granadina, sino que por estos mismos años de 1475 y 76, se sirvió con trescientos cincuenta infantes, capitaneados por Juan Alfonso de Mújica, García de Zamudio y otros en las acciones contra el rey Alfonso de Portugal que fue vencido junto a Toro; y contribuimos el año 1488 con dieciocho naves en la armada contra Francia. Y en 1495, aprestando doce naves de alto bordo, se venció con ellas a los franceses, bajo el mando de nuestros capitanes Hernando Martínez de Hermenduria, de Bermeo, y Juan Ruiz de Olea, de Lekeitio, ganándose a Nápoles para el Gran Capitán.
E igualmente, debiéndose efectuar en 1496, los casamientos concertados entre los príncipes de Austria y España, aparejóse en Castilla una gran flota cuyo mando se confió a don Fadrique Enríquez como almirante, a quien se dio un brillante séquito de caballeros y tropas, para llevarse a Flandes a la infanta Doña Juana, prometida del archiduque, y traer a la princesa Margarita, desposada a su vez con el príncipe heredero Don Juan.
Intervino en su organización, el bilbaíno Arbolancha, e iba como General de la Escuadra, el lekeitiano don Pedro Ibáñez de la Rentería, con quinientos cincuenta bizkainos, entre los tres mil hombres que la componían. En el cortejo de los príncipes, se contaba a los caballeros bizkainos Martín de Mújica (tesorero de Doña Juana), Juan de Abendaño, Juan de Arteaga y otros parientes mayores de Bizkaia. En el tiempo de permanencia en el extranjero, enfermó el almirante de la flota, don Fadrique, por lo que los Reyes Católicos elevaron a ese puesto, a nuestro paisano Gómez de Butrón y Mújica.
Amerikako aurkikuntza
Lehen Bidaia
En las carabelas Niña y Pinta, al mando de los hermanos Pinzón, iba la gente de Palos (y Moguer a más de otros), obligada a enrolarse por doce meses en carabelas armadas a su costa, a cuenta de servicios efectuados por aquel puerto a la Corona, según reza la Provisión Real. En cambio, la tripulación de la capitana Santa María estaba constituida por grupos de gente del norte; cántabros y vascos, principalmente, aunque figurasen también algunos procedentes de otros puntos.
Estaba al mando directo del almirante y como maestre, su propietario Juan de la Cosa; actuaba de contramaestre el llamado Juan de Lekeitio, o Chachu, o Chanchu. Cabe la posibilidad como dice J. Bilbao, de que cuando comenzaran las diligencias de Pinzón para fletar la Santa María e incorporarla a la expedición, fueran Chanchu y los demás lekeitianos los que influyeran en el maestre Juan de la Cosa para que aceptara las proposiciones que se le hacían, y así poder también ellos correr la aventura.
Lekeitiano era también Domingo de Lekeitio, hijo de María Vizcarra; probablemente carpintero (por el mayor sueldo que tenía en relación con los otros marineros).
Otro tripulante bizkaíno, de Ispáster (de la anteiglesia de San Miguel Dyzpater, reza el original) era Domingo de Anchía, a quien convenció Chanchu para que se quedara en el fuerte. Allí murió, dejando en su pueblo un hijo.
Otro marinero, Martín de Urtubia, grumete, era de Nachitua (de Anchitua según el documento auténtico). Fue otro de los sacrificados en la Navidad.
Los herederos de estos cuatro bizkainos: Chanchu, Domingo de Lekeitio, Domingo de Anchía y Martín de Urtubia, estuvieron representados ante la Casa de Contratación de Sevilla para el cobro de los haberes devengados (los años 1513 y 14), por el apoderado Martín Pérez de Licona, pudiendo tratarse éste, del que había sido alcalde de Lekeitio el año 1504.
Es curioso también que los marineros de Deba que viajan con Colón aparezcan todos en la carabela Niña, en tanto que los de Lekeitio y alrededores lo hagan en la Santa María. Podría esto hacernos pensar que, originariamente fueran todos en la Santa María, y que, cuando esta nave estaba sin flete en Palos, los debatarras se enrolaran en la expedición que se estaba preparando en las carabelas Niña y Pinta, y que Chachu por el puesto que ocupaba en la Santa María, no podría abandonarla con tanta facilidad, quedando con él los cuatro bizkainos de referencia.
Fue el historiador dón Nicolás Tenorio y Cerero quien primeramente leyera el nombre de Juan de Lekeitio. La señorita Gould le llamó Chachu corrigiendo la lectura del Sr. Tenorio, pues donde aquél leía ohjahn, ella leía muy claro Chachu. Para ser equivalente a Juanito o Juanchu en la fonética vizcaína, debía ser Chanchu.
Bigarren Bidaia
Encomendó la Corona a Bizkaia la organización de la flota expedicionaria, interviniendo en su constitución, el almirante lekeitiano D. Iñigo de Arteita, con la eficaz colaboración del naviero bilbaíno D. Pedro de Arbolancha.
La dificultad del segundo viaje, no era la falta de gente como la vez primera, sino al contrario, la de desembarazarse del inmenso gentío que se alistaba, sea por espíritu aventurero (propio de la época) o por el estímulo de la codicia, de una posible rápida adquisición de oro y riquezas. Limitóse el número de personas de la expedición así como el número de buques componentes de la misma.
Seis naves habían sido organizadas en Bizkaia, quedando bajo la jefatura de Iñigo de Arteita. Tras un alarde en el puerto de Bermeo, el 12 de julio de 1493, salió la flota hacia Cádiz en espera de las oportunas órdenes.
En aquellas aguas se hallaba nuestra pequeña escuadra, cuando en sus inmediaciones se presentaron navíos portugueses que transportaban indios a sus posesiones, y al ser detenida por ellos esta expedición (lo que provocó reclamaciones diplomáticas del reino portugués), causó enojo a los Reyes Católicos y cayendo nuestro almirante en desgracia le obligaron a devolver lo apresado y cambiado su destino, y por este azar de la fortuna, no llevó tal armada el previsto camino de las Américas, sino que fue destinada al traslado del último rey moro de Granada, Boabdil, con su equipo de oficiales, a tierras africanas.
Dispuesto el resto de la escuadra para partir con arreglo a los fines para los que fue constituida, se hicieron a la mar diecisiete buques, el 25 de setiembre de 1493, hacia el continente americano.
En un principio, se dispusieron seis naves para la flota de Arteita, pero al dársele otro destino a una de ellas (la de Sancho López de Ugarte), quedaron cinco, bajo su mando, para dirigirse a América.
Y para que no faltara nuestra representación, a pesar de lo acontecido con la flota de Arteita, pudo, sin embargo, acompañar al almirante una pequeña manifestación vizcaína: Juan de la Cosa, Sebastián de Olano, y el posteriormente famoso Juan de Garay. Igualmente, Fernando de Guevara, Bartolomé de Salcedo, Luis de Arteaga, Miguel Mulcaraz o Muncharaz, Francisco de Garay, y otra media docena de naturales del Señorío, quienes con el almirante descubrieron Cuba, el 29 de abril de 1494.
En el alarde que se realizó en Bermeo, el 12 de julio de 1493, se pasó revista a las naves. Eran: la de Antonio Pérez de Lerzola (en otro lugar La Izola, ¿será Leizaoía?), de 205 toneles, llevó a éste por capitán, y a Juan de Balza. Un hijo de aquél como maestre, Esteban de Corda (Acorda) contramaestre, Juanot (piloto), Juan Galán (cirujano), etc., y otros más hasta ciento treinta y un hombres.
En la de Juan Pérez de Loyola, de 220 toneles, 125 personas (45 marineros y 85 hombres de armas). En la de Martín Pérez de Fagaza (de 405 toneles), 60 marineros y 140 hombres de armas. Y, a la nave propiedad de Iñigo de Arteita, donde deducimos irían los lekeitianos (100 marineros y 200 hombres de armas), se la consideró como de 1.000 toneles, aunque debía medir más.
Iñigo de Arteita Almirantea Napolesen
El francés Carlos VIII satisfizo su codicia, despojando la conquistada ciudad de sus notables obras artísticas y esculturas de mayor mérito que decoraban la ciudad, para ulterior traslado a su país, si bien, no pudo alcanzar el objetivo previsto, al ser alcanzados los navíos que conducían los tesoros antes de que llegaran a su destino, por una flota vizcaína y otra genovesa. Y al darse cuenta el francés del propósito de intervención del monarca aragonés, inició su retirada y se volvió a su patria.
Esta flota vizcaína que interceptó los tesoros indebídamente apropiados por los franceses, fue sin duda, la del almirante lekeitiano Iñigo de Arteita, quien fue destinado al bloqueo de Gaeta, entonces en poder de los franceses (aunque inicialmente estuviera preparada tal armada para el segundo viaje de Colón.
Los capitanes de los buques de dicha flota eran Antonio Pérez de Leizaola y Sancho López de Ugarte, de solares entroncados con Guernica, como también Esteban de Acorda, Pedro de Aróstegui, Juan de Arteaga y Juan Martínez de Amézqueta. La plaza de Gaeta, al no poder ser socorrida por el intenso cerco marítimo impuesto por nuestros barcos tuvo que capitular (año 1496), rindiendo la plaza ante el Gran Capitán y (por la prematura muerte de D. Fernando II), el nuevo rey Fadrique de Nápoles.
Y deseando tanto los franceses como los españoles el restablecimiento de una tregua y paz entre ambas naciones, el día 5 de agosto de 1498 se firmaría el tratado de paz entre Francia de un lado, y los reyes de Castilla y Aragón, por otro.
Lurraren Lehen Zirkumnabigazioa
Hacia las Molucas.- Quien iniciara esta expedición fue el portugués Magallanes, el cual, luego de obtener la aquiescencia del emperador Carlos V, para el fletamento de una armada encaminada a llegar a las Islas de las Especies por occidente, hubo de dirigirse a Sevilla.
En la capital andaluza, entró en contacto con la Casa de Contratación de Sevilla (entidad destinada a resolver los problemas ultramarinos españoles), y por mediación de ésta, con el capitán lekeitiano Artieta, para que adecuase las provisiones y abastecimientos necesarios para la expedición.
El lekeitiano, proveedor de la armada, con el cuñado de Magallanes (Duarte de Barbod) y algún otro, se dirigió a los puertos de la costa vasca, donde se hizo con embarcaciones y toda clase de pertrechos navales, desde armamento (como: cañones, falconetes, lombardas, ballestas. lanzas, escopetas, etc.), hasta el menaje de la despensa y artes de pesca. Intervinieron también en las diligencias, el célebre abad de Jamaica, Matienzo, también bizkaíno, lo mismo que el contratista Domingo de Otxandiano, que ocupó su cargo, a la muerte de aquél.
Las naos que componían la armada eran: la Trinidad o capitana, de unos 110 toneles (son estimaciones aproximadas). En ella, sólo iba un bizkaíno: Domingo de Urrutia, lekeitiano.
En la San Antonio, de 120 toneles, con los bizkainos Juan Ortiz de Gopen (despensero), Pedro de Bilbao (calafate), Sebastián de Olarte y Juan Menchaca, bilbaínos. El carpintero bermeano Pedro de Sabtúa, Martín de Goitisolo (calafate), de Baquio, Pedro de Laredo (de Portugalete), Martin de Aguirre (de Arrigorriaga), y Juan de Orúe, de Munguía.
La Victoria, de 85 toneles, con los grumetes: Juan Machín, de Somorrostro; Juan de Arratia y Ochote (bilbaínos) y Juan de Zubilleta (paje), de Baracaldo.
En la Concepción, de 90 toneles, con Juan Sebastián Elcano como maestre, iban los bermeanos Juan de Acuno {contramaestre), Antonio de Basozábal (calafate), y los marineros, Joan de Aguirre, Martín de Isaurrazaga, y Pedro de Churduza (¿Chindorza?). Igualmente el portugalujo Pedro de Lorenzo.
Iba, además, en la expedición, el carpintero bizkaíno Aroca, sin destino fijo en ninguna nave.
Y termina la relación con la nao Santiago, la menor, de 75 toneles.
Debían constituir la expedición según las capitulaciones acordadas entre Carlos V y Magallanes, doscientos treinta y cuatro hombres, aunque realmente se estima que fueron 265 los participantes, de los que unos 90 serían españoles, y entre extranjeros y apátridas, compondrían el resto. Destaca la gran proporción de bizkainos que (según Arteche y M. Lourdes D. Trechuelo), pudiera estar relacionada con el transporte de estos barcos desde la costa Cantábrica a la ciudad de Sevilla y que, luego de cumplimentar el encargo, quedaron definitivamente al servicio de la empresa. En el resto, el enrolado en la ciudad andaluza, había gente de todo, la que normalmente abunda en todos los puertos, y su proliferación se explica, por ser entonces Sevilla, la capital de nuestro imperio colonial, que ejercía eapecial atracción, sobre los extranjeros de todo el mundo.
Y, ¿qué le llevaría a Juan Sebastián a enrolarse en aquella expedición? Es fácil colegir que, como muchos puestos de la Casa de Contratación sevillana estaban desempeñados por vascos, fueran éstos quienes le informaran de la expedición que se preparaba. Se explica también su aceptación, al hallarse nuestro héroe, arruinado, sin embarque, y además, al margen de la ley.
Veamos el porqué de hallarse en semejante situación. Nació nuestro protagonista hacia el año 1487. Dedicado a la navegación de cabotaje con nave propia, se alistó con ella en la empresa guerrera del cardenal Cisneros, tomando parte en las campañas de Orán, Bujía y Trípoli. Luego, bajo las órdenes del Gran Capitán, en la campaña napolitana. Arruinándose poco a poco, hubo de tomar prestadas a cuenta ciertas cantidades de dinero de unos mercaderes extranjeros que al no poder hacerlas efectivas a su vencimiento, tuvo que vender el barco a sus acreedores. Al hallarse esto prohibido por las leyes en vigor y situado por tanto al margen de la ley, huyó constantemente, hasta que llegó a Sevilla, donde se alistó (como hemos visto) en la expedición de Magallanes, y fue nombrado maestre de la nao Concepción, comenzando en ella, la primera parte de la aventura.
Mas, un breve paréntesis, referente a su naturaleza. ¿Nació realmente nuestro protagonista en Guetaria? Aunque la villa guipuzcoana señalada se la considera como su pueblo natal, tenemos nuestras dudas sobre el que fuera aquél puerto y no el pueblo de Lekeitio, donde primero la luz viera, tan ilustre marino. Pues, como se sabe, antes de celebrarse el Concilio de Trento, allá por los años 1545-1563, la Iglesia no llevaba anotación de los nacimientos ni bautismos en las familias que moraban bajo su tutela y, mucho más tarde aún el Registro Civil, que no quedó definitivamente implantado en España hasta el año 1880. Es por esto que, no es fácil saber a ciencia cierta, el lugar de nacimiento de muchas personalidades que destacaron antes de estas fechas y veremos hallarse en tal situación a Juan de la Cosa, Pedro Navarro, y tantos otros.
La madre de Elcano, Catalina del Puerto, era natural de Lekeitio (o por tal se la ha tenido en esta villa), donde aún hoy existe su casa (reconstruida), llamada «Letrakúa», sita en el Portal de Atea n.0 8, cuyo escudo de armas, reformado, reproduce el antiguo, aunque el artífice tallista omitiera en su trabajo, el grabar las palabras del Puerto, que se leían en el original.
Como decía Juan de Anzoris en Evocaciones históricas, es de suponer que, por la gran inclinación de la mujer Lekeitiana a preferir su casa materna como lugar de nacimiento de su descendencia (costumbre que aún impera hoy día), Catalina se trasladara a su casa de Lekeitio, cuando su primogénito Juan Sebastián, estaba a punto de nacer. O bien, naciera en los períodos en que los pescadores getarianos se dedicaban a las faenas de pesca desde el puerto-base de Lekeitio (La pesca tradicional en Lekeitio. Jose Manuel de Ugartechea. Año 1969). Sea lo que fuere, aunque sepamos que su niñez la pasara en Guetaria, su exacto lugar de nacimiento podemos sumirlo en una duda.
Para Arteche, el apellido del Puerto (salvo brotes en Usúrbil), lo considera exclusivo de Guetaria, pero no está informado debidamente, de que una rama de esta familia, residió en ésta y posteriores épocas, en la villa lekeitiana, e incluso alcanzaron en ella, cargos de cierta relevancia, como párroco, alcalde, etc.
Fernando III Santua-gatik Sevilla hartzea
Estando sitiada la ciudad de Sevilla, se daban en sus inmediaciones alternativas bélicas de todo género, pero lo más eficaz para obligar a la rendición a los cercados, iba a ser el corte de las comunicaciones entre el barrio de Triana, al otro lado del río, con el resto de Sevilla, al que le unía un puente de barcas, adosadas una a otra con pesadas cadenas. Para efectuarlo, el día 3 de mayo de 1248, se eligieron las más recias naves de nuestra flota que, navegando a toda vela cuando más fuerte era el viento reinante, se las hizo chocar con violencia contra el puente, una a continuación de otra, a cada una de las embarcaciones.
Sevilla hartzea, 1248ko Maiatzaren 3ko, Fernando III santua-gatik
La vigorosa embestida de la primera nave contra el puente, lo agrietó, pero al impetuoso empuje de la segunda, donde iba el propio almirante, se rompieron las cadenas que ceñían las barcas. El puente quedó roto, con el consiguiente disgusto de los moros, que veían desaparecer el único camino por donde podían retirar sus heridos y recibir provisiones. Quedaba, merced a esta medida, bloqueada totalmente la ciudad, y nuestra flota dominando el río Guadalquivir.
Sin embargo, resistieron aún lo suyo los infieles y, buena parte de los éxitos del asedio y su culminación en señalada victoria, se debió a nuestro López de Haro, quien defendía el campo por la parte de la Macarena (con su cuñado González Girón), siendo éste uno de los lugares en que se libraran enconadas salidas de los sitiados, por el desmedido afán de los moros que tenían a gala el derrotar a don Diego, pero de todas sus acometidas salieron escarmentados.
La rendición total de la plaza, se efectuó el 23 de noviembre de 1248. Don Diego Lópe de Haro salió herido del cerco con lesiones en el rostro y, cuando la triunfal entrada de don Fernando en la ciudad, iba nuestro Señor (el de Haro), tras el rey, a la cabeza de todos los caballeros y, en pos de él, las demás tropas con sus correspondientes pendones.
Una de las naves que rompió las cadenas que aferraban los puentes de barcas debió ser de Laredo, y en atención a su comportamiento en aquella acción guerrera, le concedió Fernando III, el que llevaran a su blasón municipal la reproducción de aquel hecho singular y, según Madoz en su «Diccionario geográfico», en la nave mayor de la iglesia matriz de aquella villa marinera, se conserva una parte de la cadena de referencia.(Calle Iturrino). «Hombres de mar de Bizkaia». Edic. La Gran Enciclopedia Vasca. Tomo II. Págs. 91 y siguientes).
Si bien, como acabamos de indicar, una de las embarcaciones protagonistas del quebrantamiento (primero) y rotura del puente de barcas sevillano, era de Laredo, la otra nave fue, la dirigida por el capitán lekeitiano Zaldíbar (Ybarra y Bergé, en «Gestas Vascongadas»), probablemente en compañía de sus paisanos lekeitianos, pues fueron muchos de ellos quienes engrosaran naves y tomaron las armas en este capital acontecimiento, de singular transcendencia para la prosecución de la reconquista. Muchos de ellos quedaron en aquella ciudad, con ayuda de quienes, don Fernando construyó una maestranza y astilleros para renovar la armada (Labayru), y permanece aún en Sevilla una calle («de los bizkainos») por haberla poblado gentes de Bizkaia.
1794 Urtea
Dama Catalina Frantziako fragataren atxilotzea, ur Gipuzkoarretan, 1794ko Urriaren 25ean.
El día 25 de Octubre, en presencia del Alcalde y del interprete, que para dicho asunto se nombró a don Manuel Vicuña, se presentaron el capitan del buque apresado Martin Larronde, su segundo y Piloto, Guillaume Sustrac, y el contramaestre Pedro Lorminder, diciendo:
XVIII mendeko goleta :: Amistad Goletaren erantzuna (Freedom Schooner Amistad)
Que eran los unicos oficiales de dicho buque, que habian salido el 23 de Octubre de Burdeos con destino a Baiona en compañía de otros buques, que se separaron de los otros por un fuerte temporal; que a las 4 de la misma tarde les entro un viento a traves por el Norte y despues de haber luchado con la fuerte borrasca, en cuya lucha perdieron un hombre que aguanto la escota del trinquete, a las 7 de la tarde del mismo dia 25 se hallaraon a cosa de 14 leguas de aquel puerto, que les pareció Donostia-San Sebastián, que con este concepto vinieron aterrando hasta que hallandose a legua y media de distancia, les abordo por uno de los costados una lancha de 2 que vieron salir de dicho puerto con direccion a la galeota y les hizo señal con el sombrero para que se pusieran al pairo y luego les pregunto si querian entrar Donostia-San Sebastián o en Pasajes, a lo que respondió el Capitan que querian ir a Pasajes.
En ese tiempo atraco por el otro costado la otra lancha, y habiendo oido la respuesta que acababa de darle, les dijo que era tarde para entrar aquel dia en Pasajes y que podian arribar a aquel puerto, suponiendo ellos que era Donostia-San Sebastián, y que al dia siguiente les llevarian a Pasajes, con lo cual se conformo el referido Capitan y subieron a la referida galeota de 12 a 15 hombres de las lanchas, quienes dispusieron las anclas con sus amarras y apoderandose del timon pusieron el barco rumbo al puerto de Lekeitio.
Uno de los tripulantes de la segunda lancha, hablandole en frances, le dijo al Capitan que bajase con el a la camara, y en efecto habiendo bajado el con otros dos hombres más de las lanchas, el que le habia hablado en frances le pidio que le entregase todos los documentos y papeles que traia, pero habiendose resistido contra su voluntad a entregarles, el mismo que le habia hablado en frances agarrandole con fuerza se los quitó contra su voluntad y los recogio de un estuche de hoja de lata.
Apoderados del timon y de los papeles de la galeota por los hombres de las 2 lanchas, cuando se acercaban al puerto, a la altura de las baterías del puerto y a tiro de cañon de 12 mm., se les acercó una tercera lancha que dijo ser corsaria, el patron de esta dijo al Capitan de la galeota que bajase a la lancha como prisionero de guerra.
El patron de la que dijo ser corsaria y su tripulacion recelaron al ver que los otros se habian apoderado del timon y gobierno de la galeota y que el que les hablo en frances tuviese los papeles.
Habiendo sido llamado para comparecer a presencia judicial y del Capitan Larronde a don Joseph Ignacio Olloqui, por ser el que habia entregado los papeles al Alcalde, el Capitan Larronde mirandole con detenimiento, aseguro ser aquel mismo hombre el que le habia hablado en frances y le habia quitado los papeles y documentos en la camara de la galeota, con lo cual daban por hecho que el Alcalde habia obrado según la Ley.
Tambien hubo un hecho que relatar, pues despues de estar con las dos lanchas Lekeitianas, atraco una tercera lancha que se decia corsaria, el cual despues reclamaba la tercera parte del botin, cosa que no sucedió asi pues los jueces deslegitimaron a la referida lancha corsaria llamada la Guipuzcoana y que era de armadores Santanderinos.
Don Antonio Adan de Yarza, vecino de la villa de Lekeitio y en calidad de Preboste de dicha villa, reclamo su parte del 2 ½ por ciento de todos los efectos que contenia dicha galeota y que se descargaron en Lekeitio.
En un principio los maestres de chalupas se negaron a entregar nada al dicho preboste, pero despues de haberles metido en pleitos, los citados maestres de chalupas decidieron llegar a un acuerdo con el preboste don Antonio Adan de Yarza por lo que este decidio levantar el pleito. Las lanchas estaban gobernadas por Juan Antonio Anduiza, Joseph Ignacio Olloqui y Francisco Javier Aboitiz.
El dia 14 de Octubre de 1797, en casa del Sr. Comisario de Marina, en presencia de los Sres. Don Domingo Beascoechea, vecino y comerciante de la villa de Bilbao y de don Thomas Goicoechea, vecino de la anteiglesia de San Pedro de Deusto, depositario judicialmente nombrado del importe de dicha galeota y su carga, se hizo entrega a los Sres. don Juan Antonio Anduiza, don Joseph Ignacio Olloqui y don Francisco Javier Aboitiz, maestres de sus respectivas chalupas, la cantidad de 413.895 reales y 10 maravedis de vellon de la siguiente forma :
- 99 vales reales de a 150 pesos del 15 de marzo.
- 228.870 reales y 18 maravedis de vellon.
- 36.989 reales y 6 maravedis de vellon.
- 60.380 reales y 14 maravedis de vellon.
- 36.501 reales y 6 maravedis de vellon todo en vales.
- 41.111 reales y 21 maravedis en efectivo en monedas de oro, plata y vellon.
1781 Urtea
Nuestra Señora de la Antigua bergantin-aren atxilotzea, kortsario ingelesagatik 1781eko Apirilaren 27an.
Declaraciones de los testigos:
Domingo Goicoechea, Capitan del bergantin.
XVIII mendean Itsasoak zeharkatzen zituztenen antzeko bergantin-a
En la sala del Concejo de la villa de Lekeitio, en la tarde de hoy 16 de Marzo de 1782, ante el Sr. Alcalde y Juez Ordinario, don Jose Ignacio Villar Andive y yo como escribano don Josef Vicente Echezabal, se presento el Sr. Domingo Goicoechea y habiendole yo el escribano, notificado el tenor del presente auto, de orden del Sr. Alcalde, en mi testimonio, le recibio juramento por Dios Muestro Señor y en señal de la cruz, conforme a dicho el Sr. Goicoechea, quien despues de haber jurado y habersele empezado a preguntar y tomar declaracion se excuso y resistio mucho rato a hacer dicha declaracion, exponiendo tan solo el pretexto de que primero queria consultar con los de casa y con los abogados suyos, dandosele para ello copia del escrito, pero al fin se redujo y en fe dijo:
Que es cierto que cuando se encontraba navegando desde Pasajes y Donostia-San Sebastián hacia el Ferrol en el bergantin propio y de otros consortes, llamado Nuestra Señora de la Antigua, con carga de maderamen, en compañía de Francisco Goitia, piloto, Bartolome Erquiaga, Juan Eiguren, Joseph ( cuyo apellido no lo tiene presente ) y Martin Solaegui, marinero, la madrugada del sabado 27 de Abril ultimo, llegaron a la cercania del puerto de Ondarroa, donde fue apresado el declarante con dicho bergantin, por uno de los dos corsarios ingleses que se hallaban en dicho paraje, pero que los compañeros citados anteriormente huyeron en el bote y entraron en el puerto de Ondarroa.
Que ignora los relatos que se relacionan en esta villa, pero que si sabe que la misma mañana salio de Lekeitio y llego donde estaba prisionero, la chalupa con varias personas, que no recuerda el nombre de todos pero si de don Ignacio Ibarlucea, tambien de Urrizmendi, del frances Sarruble, Domingo Garate, Ignacio Lazcano, Baptista Solaegui y Juan Goitia, y arrimandose a la balandra inglesa subieron a bordo dichos Ibarlucea y Sarruble, quienes bajando con el Capitan a la camara, trataron con el Capitan y le dijeron que iban de parte de la gente del prisionero, para rescatar al prisionero y al bergantin, que enterado dicho Capitan dijo que dejaba en libertad al dicho Goicoechea pero no el bergantin, pues no tenian licencia para tal rescate.
Que cuando caminaba hacia el bergantin, la dicha chalupa antes que llegase, propuso el declarante a dicho Capitan ingles que suspendiese de hechar a pique, como lo tentaban, otro patache navio pequeño, que tambien habian apresado, porque llegaba la chalupa, y que el declarante rescataria dicho patache por 50 pesos, y habiendo llegado la chalupa, le concedio la libertad.
Que dicho Sarruble ofrecio al Capitan ingles que por cuenta del declarante le llevarian un refresco y desistio de hechar a pique dicho patache, y confirmado por el Capitan ingles, reembarcaron dichos Ibarlucea y Sarruble en la chalupa quedando el declarante a bordo de la balandra inglesa, marcharon a buscar dicho refresco, que preguntado por los de la chalupa que a donde iban a por el refresco, les contesto el declarante que a Mutriku y Ondarroa, primero a estar con don Juan Baptista Andonaegui y despues con el Alcalde don Santiago Echevarri, cuñado del declarante.
En efecto habiendo entrado en Ondarroa les surtio dicho Santiago de las vituallas que se relacionan y que las condujeron a dicha balandra, en donde les recibieron con agrado, entregando por dicho refresco al declarante el otro patache para si, con lo cual embarcado tambien el dicho declarante en dicha chalupa, y tomando a remolque de dicha chalupa el citado patache (entregado sin vela ni jarcia alguna), se dirigieron al puerto de Guetaria, que estaba a cosa de 1 legua y media y llegaron a dicho puerto a cosa de las 9 dadas de la misma noche del citado sabado, siendo socorridos por una chalupa que salio del mismo Guetaria, en donde pasaron aquella noche, y dejando el patache con un marinero llamado Manuel Zabala de esta vecindad ( que se embarco en Ondarroa ) salieron con la chalupa para este puerto de Lekeitio el antemediodia del siguiente dia domingo y llegaron a cosa de las 3 de la tarde, que aunque es cierto, han pretendido los sujetos que se embarcaron en dicha chalupa por su trabajo a 30 pesos cada uno por lo que el declarante, su mujer y su hermano se han opuesto a ello, aunque estan proximo a pagar lo que sea justo y debido, con que nos ea semejante exceso, que para este cometido se nombren 4 inteligentes por parte de todos y en atencion a todas las circunstancias arreglen entre ellos y declaren lo correspondiente, y diciendo que tenia 38 años mas o menos firmo despues del Sr. Alcalde.
Jose Ignacio Villar Andive
Domingo Goicoechea
ante mi
Josef Vicente Echezabal
Declaracion de los que fueron en auxilio del bergantin:
Don Ignacio Ramon Ibarlucea, Domingo Garate, Javier Antonio Urrismendi, Ignacio Lazcano, MartinSarruble, Josef Chopitea, Baptista Solaegui, Juan Goitia, Manuel Artabitarte, Juan Baptista Echavarria y Juan Goxenola, vecinos y residentes en la villa de Lekeitio, menos Sarruble que es frances, comparecemos y decimos:
Que la madrugada del dia 27 del mes de Abril, cuando navegaba Domingo Goicoechea, vecino de Lekeitio con sus compañeros desde Pasajes para el Ferrol con madera para la construccion, en su bergantin Nuestra Señora de la Antigua, fue apresado junto al puerto de Ondarroa, donde le desamparo la tripulacion, porque él quiso ser prisionero.
Por cuyo motivo don Pedro Josef, don Nicolas, presbiteros, Manuela y Magdalena Echebarri esta ultima su mujer y los demas cuñados de Goicoechea suplicaban en general con clamores, socorro de gente, para rescatar a este y a poder ser la embarcacion, animando a cuantos veian para que se embarcaran y pidieran el rescate, para lo cual no solo ofrecian pagar con superabundancia los trabajos, sino que se ofrecia el dicho Nicolas a ser uno de los que se embarcarian para el efecto, y que si caian prisioneros ellos msmos costearian todo hasata dejarles en libertad, sin embargo con estas ofertas la gente no se animaba, primero por el riesgo y segundo por los interesados, sin embargo considerando la buena obra que haciamos a los expresados Echebarri, nos embarcamos en la chalupa de don Domingo Arrasate-Mondragón Burgoa, a eso de las 10 de la mañana, si bien el Sr. don Nicolas, conociendo el gran peligro, se retiro del costado, llegamos a las cercanias del puerto de Ondarroa y poniendo rumbo a los barcos corsarios nos pusimos al costado de la balandra corsaria, donde estaba el prisionero, y subiendo a bordo don Ignacio Ramon Ibarlucea y Martin Sarruble, trataron con el Capitan del rescate los cuales se negaron a hacerlo por dinero, no obstante, los dichos Ibarlucea y Sarruble les ofrecieron refrescos y tanta fue su reiteracion que se consiguio su liberacion, con tal que les entregase el refresco prometido por lo que dicho Goicoechea a lagrimas tendidas nos suplico que nos interesáramos con la gente del lugar.
Reembarcados pusimos rumbo a Mutriku pero por contraorden del Capitan ingles tomamos el rumbo de Ondarroa, donde nos pusimos en contacto con don Santiago Echebarri, Alcalde Ordinario de Ondarroa, quien nos probeyo de 1 buey vivo, 4 carneros y 18 gallinas y con ellos nos dirigimos hacia el barco corsario que se encontraba cerca de Deba y habiendole entregado las vituallas nos entrego la persona de Goicoechea, como asi para nosotros el casco mondo de un patache y que lo llevamos a remolque por no tener vela ni aparejo, y entramos fatigados a eso de las 9 de la noche en Guetaria, por no poder ganar el de Ondarroa, habiendo tenido 11 horas de trabajo y fatiga y que para cada uno pedimos 30 pesos menos Sarruble que pidio 50 pesos por haber ido en calidad de interprete, suplicamos que los interesados nos pagen dicha cantidad, pues se excusan con desprecio nuestro, y con la mayor ingartitud, olvidando el gran favor que han recibido y no quieren pagarnos cosa alguna.
Tasacion del patache
El dia 3 de Octubre de 1782, se nombro perito tasador del patache, que el corsario ingles habia entregado a los de la chalupa de rescate, patache llamado Nuestra Señora de Aguirre, cuyo dueño era don Ramon Artamoniz, vecino de Plencia, el tasador se llamo Miguel Ignacio de Ulazia, vecino de Lezo, provincia de Guipuzcoa, el cual habiendo jurado que hallandose en compañía de Juan Ugaldia, vecino de Lekeitio y maestre de obras, habiendo visto con atencion dicho patache y que se hallaba con dos palos y ningun aparejo ni vela, lo taso en 5.000 reales de vellon, según su saber y entender.
Miguel Ulazia
ante mi
Francisco Oleaga
El patache fue subastado y adjudicado en 4.080 reales de vellon a don Josef Santos Ibarlucea, vecino de Lekeitio.
Gastos presentados por don Domingo Arrasate-Mondragón
Por remolque a Guetaria del patache y cena de la tripulacion. 160 reales
Por el uso del calabrote que les cedio dicho puerto para asegurar el buque. 32"
Por 3 dias que estuvo en Guetaria al cuidado de dicho patache y esperar la bonanza del tiempo asi como su comida. 30 "
Por 3 hombres que el dicho Manuel Zabala tomo para que le ayudaran a limpiar las bodegas. 16 "
Por los hombres que fueron a buscar el patache a Guetaria y el uso de velas que llevaron para su conduccion a Lekeitio. 41,9 "
Por la comida de la tripulacion en Lekeitio y por amarras que se compraron. 58 "
Importe del calabrote que se compro en Lekeitio para asegurar en el muelle. 90 "
Por conducir el patache rio arriba por la mala disposicion que se encontraba entremuelles y haber peligro de llevarse otras lanchas. 28 "
Que hacen un total de 456 " y 9 maravedis.
Declaración de:
Magdalena Echebarri, mujer de Domingo de Goicoechea
En Lekeitio a 1 de Febrero de 1783, ante mi el escribano de dicha villa de Lekeitio, recibi juramento de Magdalena Echebarri, mujer legitima de Domingo Goicoechea, despues de prestar en venia y licencia a su legitima mujer, dijo que:
La madrugada del dia 27 de Abril, despues de haber hecho prisionero a su marido, luego de esta novedad y desgracia y estar traspasada de la pena y con mucho susto, permanecio sin salir de su casa y por lo mismo no solicito ni busco a nadie para embarcarse en chalupa para pedir la libertad de su marido, si bien sabe que sus hermanos don Pedro y don Nicolas Echevarri, presbiteros, practicaron algunas diligencias y tambien su hermana Manuela le aseguro que habia despachado una chalupa de propia de don Domingo Arrasate-Mondragón Burgoa, con Martin Sarruble, frances, los cuales parlamentaron con el Capitan ingles que a la entrega de ciertas vituallas dieron libertad a su marido, que al regreso a casa conto que para su alivio le dio y regalo un patache, por lo cual estaba a bien pagadas cierta cantidad que lo determinen ciertos inteligentes por no corresponderles en manera alguna y de ello doy fe, es de edad de 42 años.
Magdalena Echevarria
ante mi
Joseph Vicente Echezabal
Declaración de:
Manuela Echavarri, hermana de la anterior
El dia 1 de Febrero de 1783, ante mi el escribano de la villa de Lekeitio, tome juramento a Manuela Echevarri, que en virtud de una licencia judicial por no estar presente su marido, declaro que:
Habiendo recibido noticia de esta novedad a cudio a buscar a Martin Sarruble, frances, que se encontraba con su barco de arribada ( pues tenia presente que el dicho Martin, la noche anterior habia dicho que el sin miedo alguno iria a hablar con los corsarios si hiciera falta) y habiendole hallado le pidio y suplico que con una lancha se fueran a solicitar el rescate de Domingo y del bergantin, a lo cual se ofrecio pronto con tal que le preparasen una lancha y 3 o 4 compañeros, saliendo inmediatamente a buscar a estos, a lo que acudio ante el Sr. Alcalde don Joseph Ignacio Villar y Andirengoechea, le pidio algunos hombres, el cual se excuso diciendo que el no podia obligar a nadie para esta empresa, y la misma declarante hallo y hablo a don Ignacio Lazcano, Baptista Solaegui y Domingo Garate, alias Laudio.
Preparada la lancha de Domingo Arrasate-Mondragón Burgoa, se embarcaron en ella dicho frances y los otros y según parece el resto que se menciona en el auto, voluntariamente, y salieron los dichos al encuentro de la balandra corsaria y según se observo desde el puerto se arrimaron a uno de los costados del corsario y parlamentaron con su Capitan y vueltos al puerto de Ondarroa le suministraron vituallas el Alcalde y Juez Ordinario de dicha villa don Santiago Echevarri, hermano de la declarante, y vueltos al navio corsario se les entrego la persona de don Domingo pero no el bergantin, si bien dio un patache que según Sarruble fue regalado por el Capitan al dicho Sarruble y a Domingo.
Que es incierto que ella prometiese las ofertas que se relacionan, ni tampoco sus hemanos presbiteros, a los que se embarcaron en dichas lanchas, pero si a los 4 que buscó y habló, a los que prometio que se le pagaria por su trabajo sin señalar cuantia, aunque estaban prontos a pagar lo justo por arreglo de hambres inteligentes, que es cierto que condujeron al patache al puerto de Guetaria, por no poder hacerlo a este de Lekeitio y que despues lo trajeron sin avisar de ello a Domingo Goicoechea y se afirmo en esta declaracion y no firmo por no saberlo y dijo que tenia 35 años de edad.
ante mi
Joseph Vicente Echezabal
Y despues de litigar durante varios meses sobre el reconocimiento de propiedad del patache se hizo entrega del valor de la correspondiente tasacion a Domingo Goicoechea, aunque tuvo que pagar gastos a Domingo Arrasate-Mondragón Burgoa y demas compañeros de la lancha que salio a rescatarle.
El pago se realizo el 9 de Agosto de 1783.
1739 Urtea
Ingalaterrako ontzi deituko "La amable Isabel" harrapakinean gertatutako gertaerak.
El caso que nos ocupa ocurrió en Septiembre de 1739, comenzando el día 7 del mismo, siendo Alcalde y Juez Ordinario Don Pedro Madariaga, y escribano de número y ayuntamiento don Nicolás Zatica.
XVIII mendeko Errusiako ontzia
Ocurrió que el día 7 de Septiembre, llegó a sus oídos de como Juan Gamarra, maestre de chalupa junto con su tripulación, había avistado a tres leguas marinas de la villa de Lekeitio, un navío con bandera inglesa, llamada La amable Isabel, cargado de bacalao y que iba a la de Bilbao, consignado a mercaderes de la dicha villa de Bilbao, y no sabiendo donde se encontraba, les pidió piloto-practico y llegaron al acuerdo de pagar cinco escudos de plata por el practicaje y conducción a Bilbao.
El aludido Juan Gamarra estaba informado de que había órdenes de Su Majestad y mediante el Sr. Corregidor de la M.N. y M.L. Señorío de Bizkaia, de hacer represalias de todos los efectos y navíos ingleses y que habían embargado las mercaderías de los que habitaban en la villa de Bilbao, como también sabían de un navío ingles que se encontraba cargado de bacalao en la villa de Portugalete.
Inmediatamente el Alcalde mandó al dicho Juan Gamarra y a Martín Elemendi, vecino también de Lekeitio, equipar sus chalupas con buena gente e ir a buscar el navío ingles, para traerlo al puerto, y tomar declaraciones al Capitán, Piloto y marineros que se encontrasen a bordo.
Seguidamente el Alcalde mandó una carta dando noticia de lo acontecido a S.M. el Rey, para que se dignase mandar lo que fuese de Real agrado.
Sobre las siete y media aproximadamente, llegaron junto al navío ingles Juan Gamarra y Martín Elemendi, con sus chalupas que se le arrimaron por ambos costados, subiendo a bordo 24 hombres que se hicieron dueños del mismo sin encontrar resistencia alguna, aunque a bordo había fusiles y cañones con munición, bajaron a la chalupa de Martín Elemendi a cinco de los tripulantes, que fueron llevados al puerto donde el Alcalde le dijo al tal Martín que les hospedase en su casa y que les diese buen trato cosa que lo hizo así, para a continuación volver al navío para traerlo cuando hubiese marea a puerto.
El día 8 de Septiembre, viendo que el navío no podía entrar en el puerto, mandó el Alcalde a los apresadores responsables, que aligerasen de carga y la llevasen a la lonja de Ignacio Asterrica Lizaranzu, vecino de la villa de Lekeitio, nombrándole depositario, y fiel custodio de la carga aligerada, para que no hubiese fraude.
El bergantín se llamaba La Amable Isabel, como se ha dicho anteriormente, de 70 toneladas de registro bruto, de nacionalidad inglesa, y que transportaba en el momento de ser apresada 1800 quintales de bacalao, y que estaba tripulada por ocho hombres que se llamaban:
- Capitán Guillermo Stevens, 26 años de Glocester
- Piloto, Benjamin Herrick
Marineros:
- Joseph Osgood
- Moysel Pretton
- Benjamin Frasck
- Joseph Stevens
- Julian Haskell
- Mathias Dellame
Dicho día, pensaron en enviar el barco apresado a Bilbao para continuar con las diligencias pertinentes, pero viendo el peligro que podían correr si les sobrevenía una tormenta o si les salía al paso cualquier otro navío ingles, decidieron aligerarle de toda la carga y ponerla en buena custodia, cosa que lo hicieron así y a las cinco de la tarde metieron el barco en puerto.
El día 12 de Septiembre se hizo entrega a Ignacio Asterrica Lizaranzu de todo el velamen y jarcia del navío, totalmente inventariado y que es el siguiente:
- 2 anclas y 2 cables, 1 anclote y 1 calabrote.
- 2 Brandales del velacho, con sus vigotas, obenques del velacho, con sus vigotas, ustaga de velacho con su driza y moton.
- 2 Brastas del velacho, con 2 guardacabos.
- 2 Balanquines de vizos con sus amantes.
- 2 Chafaldetes de velacho, con 2 motones.
- 2 Brazos de senadera.
- Ancla pequeña.
- Cabo muy grueso formado por varios cordones.
- Cabo grueso, firme o volante, que se da en ayuda de los obenques de juanete.
- Gavia del trinquete.
- Pieza de madera con varios orificios.
- Cabo grueso, cadena o cable de acero que hace el oficio de amante de aparejo en las drizas de algunas velas, como las de gavia.
- Cabo para cargar los puños de las gavias y juanetes
1645 Urtea
Santa Ana ontziaren korsikar harrapakina, irlandes itsasontzia, La Rocheletik etorren izokinaz, bakailao eta gatz, kargatuta, Bartholome Sosoaga Lekittar Capitan-ak arrapatueban eta gidatueban Bermeo-ra.
XVII-XVIII-ko Ontzia - Santiago Fragata
El mes de Junio de 1645, la balandra Santa Ana de Dublin (Irlanda), que habia salido de La Rochela hacia Bilbao, cargado de salmón, bacalao y sal, se encontró en alta mar con una pinaza grande y una chalupa del Capitan Bartholome Sosoaga, preguntados que de donde eran, respondieron que eran irlandeses y catolicos y que se dirigian a Bilbao, los lekeitianos les pidieron que les entregaran los despachos y cartas que llevaban, conduciendolos a continuación al puerto de Bermeo donde quedó depositado todo el cargamento asi como el aparejo y velamen de la balandra.
El 30 de Septiembre del mismo año el Rey (Felipe IV (1605-1665), rey de España (1621-1665). Hijo de Felipe III y Margarita de Austria ) mando una cedula, ordenando que fuese entregada dicha balandra a sus armadores y dueños puesto que eran irlandeses y catolicos y no ingleses.
El Capitan Bartholome Sosoaga prometió acatar la orden.