Cuando estaba en Aldaztorrea
KoldoUna casa de Lekeitio, provista de escudo de armas, tenía por nombre Aldaztorre, y estaba muy cerca del pueblo, en la cima de una cuesta.
A poco de haber aprendido la hermosa leyenda Alostorrea (La torre de Alos), empecé yo en mi pueblo natal a buscar alguna otra leyenda de Aldaztorre (torre de la cuesta), pues titubeaba entre creer o no que las dos eran una misma cosa.
Algo me enseñaron dos mujeres. La mayor, que se llamaba Clara Innurri (Hormiga), solo esta cosita: "Aldastorrean nengoenean irra goruetan erroi zarra etorri datan grauetan". Canción que el lector puede encontrar en el "Cancionero popular vasco"
De la nuera de Clara, llamada Guillerma Akarregui, aprendí una hermosa leyenda, provista de musica. He aqui el texto.
La nuera.-- Estando yo hilando con mi rueca en Aldaztorre, me vino el negro cuervo graznando. "Cuervo viejo, ¿que noticias traes?. "Dicen que se ha perdido la barca." "Soy, pues, perdida. ¡Oh desdichada hija! Allí tenia yo veintiun primos y hermano, más necesario que ellos, mi padre. Mas olvidadizo (sic) que ellos, el dueño."
La suegra.- ¿Que dices, puerca desvergonzada? ¿Has mencionado el último al dueño? Si hubieras nombrado al dueño desde el principio, hubieras tenido parte en Aldaztorre.
La nuera.-- Es mía el arca que esta arriba llena de dinero hasta los bordes. Tenía yo medido con celemin el oro, a fanegas la plata. Mil ducados era mi tesoro secreto. ¡Que dote para una buena hija! Aldaztorre tiene de latón las puertas, de plata sus platos y jarras. ¿Ire o me quedaré, madre mía?
La suegra.-- Vete, vete, hija amada.
La nuera.-- El niño pequeñin se agita en mi vientre (literalmente: "me da coces"), ojalá el Señor del Cielo disponga sea varón.
La suegra.--Ya sea hijo, o ya hija, tendra su parte en Aldaztorre.