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Koldo

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Jueves, 06 Abril 2017 18:34

Libro de Actas

El «Libro de Actas de las reuniones celebradas por la Junta de Patronato de las Escuelas de Náutica y de Latinidad de Lekeitio», recoge en la primera, del día 25 de agosto de 1909, la renuncia de don Juan Luis de Abaroa y el nombramiento, en su lugar, del nuevo Patrono y Administrador, don Pascual de Algorta. Hasta 1931, durante veintidós años, dedicará Algorta una valiosísima ayuda personal a la Escuela.

Las actas son breves y relatan muy sucintamente los hechos acaecidos. Nunca ofrecen datos cuantificables sobre la vida docente del centro. Fundamentalmente dan cuenta de las dificultades que se presentaban a la Escuela y de¡ aparato defensivo que levantaban para su supervivencia.

Un R.D. de 18 de noviembre de 1909 impuso aumentar a tres el cuadro de profesores y, a este efecto, en 1911, se contrataron los servicios, con carácter interino, de don Alfredo de Saralegui, Alférez de Navío de la Armada, para las asignaturas de Inglés, Geografía Universal y Dibujo lineal.

Aprobó el Patronato por entonces un Reglamento interno de la Escuela y adquirió la casa inmediata, de Apalloa 5, que fue propiedad de don Bruno López de Calle, heredada de don José Javier de Uribarren y éste de su padre don Miguel. En la ocasión, pertenecía a don Ricardo de Madrazo, casado con doña Angeles López de Calle. Se efectuó la compra por once mil pesetas. En la última etapa de existencia de la Escuela, en la postguerra civil, las rentas del inquilinato de esta casa ayudaban a pagar las asignaciones de los profesores.

En Junta de 12 de octubre de 1912, se acordó adquirir en mil ciento treinta y una pesetas los aparatos de Física que el profesor Vallejo había ofrecido a la Escuela, y que vendrían a completar el Gabinete obsequiado por don Juan José de Uribarren.

Un obstáculo importante para el normal desarrollo de la Escuela de Náutica surgió entre los años 1914 y 1915. En junta del día 2 de junio de 1914, el Patronato autorizó a don Pascual de Algorta para que asistiera a la próxima reunión de representantes de las Escuelas de Naútica de Bizkaia. Suponemos que serían las de Lekeitio, Bermeo, Piencia y Santurce. Habían de tratar los medios para modificar los planes previstos por el Ministerio de Instrucción Pública, y conseguir que las Escuelas de Náutica conservaran su carácter autónomo.

Las actas no ofrecen más detalles, pero debieron volver los tiempos de las «inmicuescencias» que atacara don Bruno, porque un año después, el Patronato expresa su agradecimiento al Ayuntamiento de Lekeitio y a los diputados a Cortes por Markina, Guernica y Laredo. Srs. Acillona, Gandarias y Aznar, puesto que la Escuela ha conseguido mantener su carácter oficial y seguirá eligiendo los profesores por sí misma.

Se obtuvo un primer auxilio económico de la Diputación de Bizkaia en 1917. Los profesores habían solicitado del Patronato un aumento de sueldo, pero no disponiendo de fondos, se les autorizó para que se dirigieran a la Diputación de Bizkaia y a la Asociación de Navieros.

El mismo año, la Junta propuso al arquitecto Sr. Basterra que planificara una ampliación de la Escuela, dado el incremento de las matrículas. Pero se desistió en 1921 al descender las inscripciones y por haber enorme carestía de mano de obra.

El 17 de junio de 1923, atendiendo a la R.O. del 25 de junio, el Patronato saca a provisión la vacante de representación del vocal de sangre de la familia López de Calle, heredera de la líena Uribarren. Un año después, nadie se había presentado y don Pascual de Algorta siguió como único patrono.

El mismo año, fue elegido profesor de Cosmografía y Pilotaje don José León de Uribarren, pariente del fundador, y don José Mª Tosantos de Física y otras que regentaba don Eduardo Vallejo.

Las Escuelas de Náutica de Bizkaia, a excepción de la Oficial de Bilbao, reciben su golpe de gracia con motivo del Estatuto de Escuelas de Náutica del dictador Primo de Rivera, de fecha 6 de junio de 1924. Perderán su carácter autonómico, es decir, su capacidad para elegir el profesorado que les convenga, celebrar sus propios exámenes, aunque lo eran supervisados, y expedir sus certificados de pilotos y maquinistas.

La Junta del Patronato de la Escuela de Lekeitio luchó incansable por remontar la situación. Y algo consiguieron.

El mismo verano de 1924 movieron hilos, por cuanto en el acta de 2 de febrero de 1925 se acordó hacer constar: «.... sin perjuicio de la visita personal verificada al efecto por la Junta, la profunda gratitud debida por el Patronato de esta Escuela a S.M. la ex-Emperatriz Zita (de Austria-Hungría) por su valiosa intervención en las gestiones que hubieron de practicarse para evitar las ternidas consecuencias del R. D. dictado por el Directorio en junio último ».

Un mes después, se encarga al Director y al Secretario de la Escuela que hagan un estudio del nuevo plan de enseñanza, que exige un mayor número de profesores y, al Ayuntamiento, que solicite de la Diputación una subvención para cubrir estas nuevas asignaciones.

Los nuevos profesores fueron los Srs. don Víctor de Alegría y don Eugenio de Chacartegui.

En las mismas fechas, el Director General de Navegación del Ministerio de Marina exigió, perentoriamente, que el Patronato de la Escuela de Náutica de Lekeitio depositara toda su documentación en la Escuela Oficial de Bilbao, permitiéndoseles únicamente que conservaran copias de su contenido.

En tal límite, se acordó en la Junta que don Pascual de Algorta viajara a Madrid y recordara al Director General la promesa de S.M. D. Alfonso XIII a S.M.I. doña Zita.

Dos meses después, el 14 de mayo, la Junta dirigió una exposición al Excmo. Sr. Director General de Navegación, razonando que el nuevo Estatuto y plan de enseñanza de Náutica sólo exigía una acomodación del profesorado y material escolar y, en absoluto, la pérdida de derechos y atribuciones que habían sido reconocidas legalmente.

Y añade: «... Esto mismo parece que dan a entender las promesas de elevadísimas personalidades del Reino, S.M. el Rey (q.D.g.) y el Excmo. Sr. Presidente del Directorio. El Secretario de S.M., Sr. Marqués de Torres de Mendoza, en carta del 26 de setiembre de 1924 al Sr. Barón de Gudenus, Secretario de la Emperatriz Zita, en nombre de S.M. el Rey de España, entre otras cosas, manifestaba: «Por encargo del Sr. Presidente del Directorio manifiesto a Ud., como resultado de los deseos que le tienen expresados, que la Escuela de Náutica de Lekeitio queda en igual forma que antes de publicarse el R.D. de 6 de junio».

La respuesta que se obtiene es de] siguiente tenor: «... S.M. el Rey (q.D.g.).... se ha servido desestimar la referida instancia por estar desprovisto de todo fundamento los temores de la Junta del Patronato que se alegan en el expresado escrito, pues las disposiciones del Estatuto de Escuelas de Náutica.... ni hacen imposible la continuación de las enseñanzas en la Escuela de Náutica de Lekeitio, ni pueden dar lugar a que se considere terminada la fundación. De R.O. lo digo a V.E. para su conocimiento y efectos. El Director General. Eloy Montero».

El caso es que se adopta un rango semi-oficial, por debajo de las únicas cuatro Escuelas Oficiales que se conservan: Bilbao, Cádiz, Santa Cruz de Tenerife y Barcelona.

La Diputación atiende a la petición de ayuda económica y aumenta la subvención de tres mil a siete mil quinientas pesetas. Entran nuevos profesores. El Sr. Bracho, que era Secretario del Ayuntamiento y que adoptará la de la Escuela, por renuncia del Sr. Tosantos impartirá Derecho. Y los señores Laucirica en Dibujo, Ugalde en Higiene Naval y Arriandiaga en Física.

Un año después, la Comisión Provincial de Bizkaia aumentará la subvención a diez mil quinientas pesetas. La Dirección General de Navegación autorizará el nuevo Reglamento interno y, por R.O. de 28 de mayo, los profesores de la Escuela de Náutica de Lekeitio formarán parte del tribunal examinador en la Oficial de Bilbao cuando se presenten sus alumnos.

En medio de estas azarosas circunstancias, el Conde de Torregrosa presenta un expediente sobre que se destinen a otros fines las rentas de la fundación, pero la resolución mantiene la forma habitual de las mismas.

Inesperadamente, en 1928, la Diputación suprime la subvención por lo que han de bajarse los sueldos de los profesores. El Sr. Bracho debe ocupar plaza vacante en el Ayuntamiento de Guecho y su puesto se cubre, interinamente, por don Bruno Larrazabal.

La crudeza de. la situación que se vivía está reflejada en una menoría de curso, pieza de discurso de apertura, presumibiemente de los años 1929 ó 1930, y obra, aunque sin fecha ni firma, de don Antonio Martínez Díaz, llegado en esas fechas a la Secretaría del Ayuntamiento de Lekeitio.

Nos informa el autor del texto anónimo que ha sido nombrado Secretario de la Escuela y profesor de Historia de España y de Legislación y Derecho Marítimo. Lamenta en los siguientes términos la baja que sufre la carrera de Náutica en España: «Si... observamos la disminución en la matrícula de esta Escuela, sacamos la deprimente impresión de que la finalidad que al crearla y darle vida se propusieron sus ilustres fundadores toca a su término. Pero esto es general, no sólo en las Escuelas Especiales, sino que también en los centros oficiales. En los cuatro que como tales existen en España, el número de alumnos matriculados fue de 86 en el pasado curso. » Y termina con un vistazo panorámico: «La discreción me veda hacer historia¡ de la pérdida del carácter oficial autonómico de las Escuelas Especiales de Náutica de Bermeo, Plencia, Santurce y Lekeitio y del Seminario y Universidad de Mareantes de Sevilla, fundada en 1654, y decana de las españolas».

Una orden de la Dirección de Enseñanza del Ministerio de Instrucción Pública, recibida en 1929, hace explicar en acta de Junta al Patrono Administrador don Pascual de Algorta « ... cómo lleva cinco o seis años luchando para que no se haga efectiva la orden del Protectorado (sic), que se impuso en una aprobación de cuentas, sobre la venta de los valores primitivos fundacionales, de renta francesa y su conversión en valores españoles».

A pesar de haber aducido Algorta la baja cotización del cambio, que perjudicaría gravemente a los intereses de la Fundación, en 1931 la orden ministerial es inexcusable y, en el trance, presenta su renuncia como vocal de sangre del Patronato. Un desconsolador final, después de veintidós años de valeroso «patronazgo» de la Escuela Especial de Náutica de Lekeitio.

En la misma Junta se da cuenta de haber retirado la Diputación la subvención que había restablecido, por entender que dado el escaso número de alumnos la Escuela podía valerse con sus fondos fundacionales. Acuerdan que el Sr. Algorta y el alcalde de Lekeitio vuelvan a reclamar la ayuda económica.

Alcalde y párroco de Lekeitio quedan como únicos miembros del Patronato. Obedecen la Orden ministerial y encargan al Banco de Bilbao en París, con fecha de 27 de noviembre de 1931, que formalice las gestiones de venta de los valores de renta francesa y su conversión en española.

En 1934 se recibe el nombramiento ministerial de Patrono de sangre a favor de don José de Algorta y Abaroa, hijo de don Pascual.

La guerra civil interrumpirá el setenta y cinco aniversario de la Escuela, de cuyo análisis socio cultural sólo hemos podido ofrecer un reflejo demasiado frecuentemente interrumpido, como la documentación que nos consta.

Quizá la valoración más verdadera de esta etapa la tengamos en las expontáneas expresiones de un híjo de Lekeitio, de la clase marinera a la que iba dirigida la Fundación y alumno aprovechado del primer curso, el de 1862, que salió Piloto con la primera promoción.

El año 1935, el venerable anciano a que nos referimos ofreció un obsequio a la Escuela de Náutica, acompañado de una carta deliciosa de, sinceridad e ingenuidad. Se trata del ya citado don Román de Echevarrieta, Capitán de la Marina Mercante, ex-alcalde de Lekeitio, Alférez de Fragata y Capitán del Puerto de la Villa. Dice así, entre otras cosas: « ... Deseando mostrar mi agradecimiento a la Escuela de Náutica de esta Villa, por cuanto a ella debo todo cuanto he sido y soy. Con los estudios e instrucción de ella pude cursar (sic) con felicidad los mares, y aprobar los tres exámenes de 3º, 2º y 1º Piloto. Y después de retirarme a descansar, fui agraciado con el cargo de la Capitanía del puerto de esta Villa, con el grado de Alférez de Fragata... Habiendo visto algunos cuadros de buques colgados, regalitos de algunos también agradecidos, he pensado ofrecer también uno de los Vapores que tuve a mi mando, aunque sea muy poca cosa para regalar a una entidad tan respetable ... ».

La respuesta del Administrador de la Escuela, don José Ajubita, en la que la Junta del Patronato agradece más que el cuadro el testimonio de gratitud, es la última muestra documental que conocemos de la primera época.

Después de la guerra civil, el edificio de la Escuela se utilizó para servicios de comedores de Auxilio Social. Al parecer, según varios testimonios populares que hemos recogido, cuando se retiraron estos servicios, el interior quedó en pésimo estado y, todavía en 1950, se seguían los trabajos de reacondicionamiento por cuenta del Patronato o de los mismos profesores y alumnos.

El Libro de Actas que venimos estudiando comienza esta segunda y última etapa de la historia de la Escuela con un acta de 28 de agosto de 1944, en la que se trata de una reunión, celebrada el año anterior, por cuyo acuerdo se iniciaron las obras de acondicionamiento. En esta de 1944 se acuerda el cobro de renta a los inquilinos de Apalloa 5, una vez terminado el plazo de amortización que se les había concedido por correr de su cuenta las obras que hubieron de hacer al entrar en los pisos.

Merece destacar, por su significación política, que se decidió abonar los dos últimos trimestres de 1936 a los tres profesores que se ausentaron de Lekeitio al estallar la guerra y no habían impartido las correspondientes clases.

El 25 de setiembre del mismo año, estableció el cuadro de profesores y sus asignaciones, terminada la obra principal, de nuevo asegurada contra incendios la casa y con financiación bastante gracias al ahorro producido por haber estado bloqueados los intereses de la Renta de la Fundación, la Junta del Patronato decidió abrir la Escuela de Náutica el día 9 de octubre.

Los profesores fueron elegidos entre los que habían impartido clases particulares de Náutica durante los ocho años que permaneció cerrada la Escuela. Es decir, que necesariamente se reprodujo la situación anterior a la Fundación, que veíamos en el preámbulo, de la que nos daba cuenta Cavanilles en el XIX, otras fuentes en el XVIII y que demuestran la inalterable demanda de enseñanza de Náutica en la Villa.

Las fuentes para la investigación de esta última etapa de la Escuela son, en primer lugar, el Libro de Actas en sus registros de 1944 a 1972, de nuevo el Libro Registro N., 4: Asignaturas, que fue utilizado desde 1944 a 1955, una serie de hojas sueltas que pertenecen a los materiales DD.II.ENL.-1986, y los testimonios personales del que fue profesor de la Escuela en esta etapa, don José de Bengoechea, y de don Antonio Ansotegui, que ha cumplido funciones de Secretario del Patronato durante los últimos años, por su vinculación a las tareas administrativas de la Villa.

La Escuela se reinaguró con carácter semioficial y libre, bajo la dirección del Sr. Zabala y con los profesores don Buenaventura Moral y don Faben Sarasola. En el primer curso, 1944-45, aparecen inscritos cinco alumnos de pilotaje y cuarenta de maquinistas navales. En los siguientes, hasta el año 1950, se sumarán otros siete de pilotaje y hasta cincuenta y cinco de máquinas.

En el curso 1950-51, estudian cinco alumnos pilotaje y dieciséis maquinistas, habiéndose incorporado al cuadro de profesores los Srs. Bengoechea y Aramburu, el primero de Matemáticas y Física y, el segundo, de Geografía e Inglés.

La demanda de escolaridad náutica no puede suponerse más alta, teniendo en cuenta el hábitat de la comarca y las circunstancias socio-económicas de la época.

Entre 1944 y 1955 registra la Escuela -en los incompletos materiales de que disponemos- un centenar de alumnos, de los que sesenta y dos son vecinos de Lekeitio y treinta de las anteiglesias próximas: Izpaster, Murelaga, Ea, Mendexa, etc. Y, como no podían faltar, media docena de alumnos son de procedencia tan inesperada como la provincia de León o San Francisco de California.

Desde 1950, el Patronato de la Escuela se planteaba una expectativa más acorde con los intereses locales: la oportunidad de abrir una Escuela de Pesca de Altura y Patrones de Costa, que se establecería en el mismo edificio de la Escuela de Náutica. Bermeo contaba ya con un centro de esta clase.

Un nuevo plan de Enseñanza de Náutica vino a cernirse sobre las escasas posibilidades económicas del Patronato, en 1953, con el consiguiente temor de la Junta por ver reducido el número de alumnos. En consecuencia, se urgieron las gestiones encamina das a la implantación de la Escuela de Pesca.

Del nivel docente de esta década de los cincuenta, recuerda el profesor Sr. Bengoechea, que la media anual de dieciocho alumnos obtenía muy buenos resultados en los exámenes de la Escuela Oficial de Náutica de Bilbao, como son prueba los capitanes de la Marina Mercante e inspectores que ejercen en la actualidad y estudiaron durante aquellos cursos.

 

  • El cuadro de profesores era el siguiente:
  • Pilotaje.
  • Curso 1º:
  • Zabala, Aritmética y Algebra.
  • Aramburu, Geometría plana y del espacio e Inglés.
  • Laucirica, Dibujo lineal.

 

  • Curso 2º:
  • Bengoechea, Trigonometría, Mecánica aplicada al Buque, Física y Electricidad.
  • Aramburu, Geografía marítima y comercial, Metereología y Oceanografía e Inglés.
  • Laucirica, Dibujo. Zabala, Nudos.
  • Maquinistas.
  • Curso lº:
  • Zabala, Aritmética y Algebra.
  • Moral, Geometría plana y del espacio.
  • Laucirica, Dibujo.
  • Sarasola, Inglés y Geografía.
  • Curso 2º:
  • Moral, después Bengoechea, Física elemental, Mecánica, Electricidad y nociones de Química, Máquinas de vapor, Calderas marinas, turbinas y máquinas de combustión interna.
  • Laucirica, Dibujo de máquinas.
  • Sarasola, Inglés. En ambos cursos había Trabajo de Taller.


El año 1957 se hace realidad la proyectada Escuela Media y Libre de Pesca. El Patronato cede sus locales a título de favor, con la condición de que no se interrumpan las clases de Náutica, velando por la conservación de los fines fundacionales.

El nuevo programa de clases se impartía en las mismas aulas con el mismo profesorado, pero los exámenes tenían lugar en la Escuela de Pesca Oficial de Pasajes. Al nuevo Patronato se incorporó el Comandante de Marina, junto con el vocal de sangre, el párroco y el alcalde.

Recuerda el Sr. Bengoechea que asistían de cincuenta a setenta alumnos y que aprobaban casi la totalidad. El cuadro docente lo formaban:

  • Cuadro de Profesores
  • Bengoechea en Matemáticas.
  • Zabala en Nudos y Maniobras.
  • Zubillaga y después Donostia-San Sebastián en Astronomía.
  • Olabarriaga en Maestría de Taller.


El año 1958, noventa y seis años después de la fundación, el vocal de sangre don José de Algorta, en Junta celebrada el día 16 de setiembre, expuso la situación a la que paulatinamente había llegado la Escuela de Náutica en los siguientes términos: « ... A pesar de su empeño en mantener esta fundación cumpliendo en todo lo posible el deseo de los fundadores, sus antepasados, no tiene más remedio que rendirse a la evidencia y estudiar la forma en que los bienes fundacionales se empleen en algún rendimiento en beneficio de¡ pueblo, y muy especialmente en ilustración'de la clase pescadora o marinera en quien se fijaron los fundadores».

A propuesta del alcalde, don Tirso Amusategui, la Junta acuerda dirigir un escrito a la Provincia de Beneficiencia, solicitándose reconozca una transmutación de fines de la Fundación Uribarren y Abaroa, de modo que sus bienes reviertan totalmente en la Escuela Media y Libre de Pesca.

No habiendo recibido respuesta pronta del citado organismo, el día 29 se decidió cerrar la Escuela de Náutica el primero de octubre. Las Actas posteriores, que anualmente seguía levantando el Patronato de la Fundación «Escuela Especial de Náutica de Lekeitio», sólo repiten el acuerdo de engrosar con los Propios bienes los fondos de la Escuela de Pesca.

La única novedad que presentan, muy signíficativa Políticamente, es la solicitud que elevan al Ministerio de Educación Nacional, en 1964, para destinar el aula de Latinidad a clase de euskara. El Acta del año siguiente consigna la respuesta del Ministerio, por la que se deniega la instalación de una «Academia de la Lengua Vasca» en la citada aula.

 

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Jueves, 06 Abril 2017 18:33

Incendios robos y demas realidades

Desaparecida la Escuela Media de Pesca en 1969, cuando se elabora el plan de un Instituto, que no llegará a conocerse, y el Ayuntamiento establece una academia municipal, comienza el período final y de abandono lamentabilísimo del edificio.

En 1970, un grupo nunca identificado toma la casa por asalto, destrozan el mobiliario, abren la caja fuerte y deshacen, prenden fuego a la documen tación íntegra de la historia de la Escuela que contenía, roban todas las valiosas piezas de la vitrina de óptica y otras que estaban compuestas con materiales valiosos: marfil, cobre, etc. Sucesivamente, desaparecen los cuadros, sextantes, etc., posiblemente retirados por los propietarios o herederos de quienes los obsequiaron...

El Alcalde, Sr. Moral, y el Sr. Ansoteguí, se presentaron para inventariar los restos. En 1970, registraron unos setenta volúmenes en la Biblioteca, de los que en 1986 sólo hemos podido inventariar un grueso tomo de cartas de navegación, y poco más, chamuscados de fuego.

Los sucesivos asaltos y conatos de incendio que comenzaron en 1970, han constituido una larga serie de abusos frente a los que, quien debiera, evidentemente no se ha tomado la molestia de contener, mientras estatuas y placas cantan hiperbólicos agradecimientos.

Un informe del arquitecto municipal, de noviembre de 1970, advierte del estado de ruina del edificio y de la urgencia de obras de sustentación.

No pudiendo el Patronato hacer frente al gasto de las obras necesarias, aceptó el ofrecimiento de la Cofradía de Pescadores, dispuesta a correr con la obra a condición de instalar en el edificio un ambulatorio médico.

Propuesta a la que no se ve consecución en los documentos, y que enlaza con otra, del mismo tenor, recibida por la Junta el 30 de octubre de 1972, del Delegado del Instituto Social de la Marina de Bizkaia, que propone la instalación de ambulatorio y de una Escuela Profesional de Pesca en el edificio de la Náutica. La Junta acordó aceptar, a condición del pago de una renta y de la exclusividad de los fines propuestos. Pero, comenzada la obra, se vio interrumpida repentinamente.

La triste realidad que ofrece al visitante la Escuela de Náutica de Lekeitio, a los ciento veinticinco años de su fundación, queda recogida con exactitud en las escuetas palabras del siguiente informe municipal, de 1981: « ... cesó en sus actividades como Escuela de Náutica... por carecer de alumnos y medios apropiados para hacer frente al problema económico del Profesorado. Que en la actualidad se halla cerrado dicho centro a toda clase de actividades como Escuela. Que las inversiones del Patrimonio siguen las mismas normas fundacionales y la composición de los órganos de gobierno y dirección de la Fundación siguen en la misma situación».

 

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Jueves, 06 Abril 2017 07:55

Sitio de San Sebastián

GUERRA DE ESPAÑA CONTRA FRANCIA - GUERRA INTERMITENTE - SIGLO XVIII

AÑO 1719 - SITIO DE SAN SEBASTIÁN

Lequeitio ha mantenido desde muy antiguo, una gran amistad con las ciudades de San Sebastián y Fuenterrabía, como consecuencia de las ayudas enviadas cuando estuvieron sitiadas por tropas del ejercito francés los años 1700 y 1719.

Como consecuencia de estos hechos hubo un intercambio de cartas y mensajes entre la villa de Lequeitio y la ciudad de San Sebastián, que pasamos a relatar.

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Plano de San Sebastian año 1719 toma de la ciudad por Berwik

El año 1700, hallándose el ejercito francés, en las cercanías de Irun y no sabiendo de la ayuda que recibiría del Rey Carlos II, escribió la siguiente carta el alcalde de la ciudad de San Sebastián, a la villa de Lequeitio:

"M.N. y M.L. Villa de Lequeitio. Los avisos con que amenaza invadir esta provincia el Rey Critianísimo y las órdenes que tengo de S.M (Q.D.G.) de disponer mi defensa conforme es mi obligación, me recuerdan la primera, de notificar s V.S. como pide nuestra antigua, segura e indefectible amistad para que con su asistencia pueda lograr el real servicio en su propia defensa a que espero atenderá V.S. con igual celo, amor y prontitud que siempre he experimentado; y así mando este aviso quedando con el cuidado de enviar más datos de los movimientos de las tropas del Rey Critianísimo, y en el ínterin como siempre deseando a V.S. muchas ocasiones de su agrado y satisfacción.

Guarde Dios a V.S. los muchos años que deseo. De mi ayuntamiento de la M.N. y M.L. Ciudad de San Sebastián a 5 de Noviembre de 1700. Alberto de Zuaznavar, Francisco de Larrivaherrera Por la M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián. Miguel de Eguzquiza."

 

Imagen de la guerra intermitente

Como se lee, es una carta de aviso para que la villa de Lequeitio estuviese preparada en caso de necesidad, y para saber de la valentía de los Lequeitianos, he aquí la respuesta del ayuntamiento de la ciudad de San Sebastián a la carta que le remitió la villa de Lequeitio el día 6 en respuesta de la anteriormente citada.

" M.N. y M.L. Villa de Lequeitio. Recibo con igual estimación a la fineza de los favores continuados de V.S. de su carta del 6 de este, y quedo con el reconocimiento que corresponde a su segura e inalterable amistad, creyendo con fe cierta su asistencia y ayuda, para lo cual daré a V.S. aviso a tiempo; pongo en su conocimiento las noticias que he recibido de personas de confianza, según las cuales podemos esperar que se alargue el ataque que nos permitirá prepararnos mejor, en cualquier caso me hallara V.S. pronto a sus órdenes, deseando merecerlas con frecuencia, para crédito de mi verdadera e inefable amistad:
Guarde Dios a V.S. en toda felicidad dilatados años, que deseo . De mi ayuntamiento de la M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián a 7 de Noviembre de 1700. Alberto de Zuaznavar. Francisco de Larrivaherrera. Por la M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián : Miguel de Eguzquiza."

Por lo que se lee, la amistad que les unía a las dos poblaciones era, por lo que se refiere al año de 1700, muy grande.

El año de 1719 estando, el puerto de Pasajes, rodeado por tropas francesas, a fin de sitiarla, recibe la villa de Lequeitio la primera carta:

"Habiendo llegado al puerto de Pasajes, que es de mi jurisdicción, tropas francesas, según sospecho, con el fin de sitiarla y a las ordenes, para su defensa, que me ha comunicado su comandante, me recuerdan la de notificar a V.S. como pide mi antigua y segura amistad, para que con su pronta asistencia como pide la ocasión, pueda lograr con urgencia el real servicio y mi propia defensa, a que espero atenderá V.S. con igual celo, amor y prontitud, que siempre he experimentado. Quedo a su servicio deseando le guarde Dios por muchos años. De mi ayuntamiento de la M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián a 23 de Abril de 1719. Antonio de Arnite Sarove Pedro de Arbaiza. Por la M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián Miguel de Eguzquiza."

Eran gobernantes , en aquellas fechas, de la villa de Lequeitio:
Del ayuntamiento : Don Juan de Meabe
De la Cofradía : El Capitán Don Pedro de Oriosolo
Regidor : Nicolas de Zatika
Secretarios : Pedro de Deustua y José de Gomendio Urrutia.

Que inmediatamente se juntaron y se pusieron manos a la obra, pues la urgencia lo requería y mandaron la siguiente respuesta :

" M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián: Recibo con sumo dolor la noticia, que V.S. me notifica en carta del 23 de este, de que las tropas francesas han penetrado hasta el puerto de Pasajes, y aumenta mi dolor viéndome con falta de gente, pues en este momento la mayor parte de la poca población que tiene mi villa, se halla en la real armada, y en otros viajes particulares. Deseo manifestar a V.S., mis mas ardientes deseos de obediencia e inalterable lealtad en el real servicio, y que V.S. se satisfaga de mi verdadero afecto, antigua amistad y buena correspondencia que siempre le he profesado, como V.S. lo ha tenido conmigo. Así, en cuanto mis cortas fuerzas me permitieran, me tendrá a su disposición y por lo cual he prevenido a todos mis vecinos que se preparen con armas y municiones, para acudir con máxima urgencia.
Quiera Dios darnos feliz desenlace en este suceso y guarde a V.S. por muchos años.
Lequeitio y de mi ayuntamiento, a 29 de Abril de 1719.
Don Juan de Meabe. Nicolas de Zatica. Por la M.N. y M.L. villa de Lequeitio su secretario José de Gomendio Urrutia."

Como se ve la villa de Lequeitio, en cuanto recibe la primera carta se prepara, más que en su propia defensa, en acudir a ayudar a San Sebastián y Fuenterrabía por la gran amistad y lealtad que se profesaban, por lo que manda su ayuntamiento, reunidos el 11 de Mayo de 1719, el siguiente decreto:

"Que por cuanto el ejercito de Francia, tenía sitiada la ciudad de Fuenterrabía y como se temía que viniese a invadir alguna escuadra enemiga, y como se hallaba Lequeitio preparándose para enviar socorro a la ciudad de San Sebastián, se manda : que ningún vecino natural ó residente en esta , salga de ella con pretexto de algún viaje largo por mar o por tierra y que se haga luego una lista general de todos su habitantes.
Y como los mosquetones que había eran muy antiguos y estaban estropeados los más de ellos, se reparasen con cajas y llaves nuevas, para lo cual se da comisión a los señores del regimiento y se les encarga máxima rapidez.
Y que se ponga atalayero en la barra para que se observe el movimiento de las embarcaciones.
"

El 25 de Mayo del mismo año, se reúne otra vez el ayuntamiento y ordena el siguiente decreto:

"Considerando, que los mosquetones viejos ya nuevamente reparados con llaves y cajas nuevas, no bastaban para los vecinos que había en la villa, porque la mayoría no tenían armas propias, el ayuntamiento manda que se traigan cincuenta fusiles nuevos y para este efecto se escriba al Gobernador de Plasencia, y se da comisión a los señores del Regimiento para que ajusten su costo, y se puedan vender al mismo precio entre los vecinos."

 

Imagen de la guerra intermitente

Se trajeron los fusiles de Plasencia que se repartieron entre los habitantes de la villa, se repararon los cañones que había en la villa, aproximadamente 15 unidades, que formaba su artillería, situadas en:

Santa Catalina de Anchoriz, en las dos atalayas y en la isla de San Nicolas de Bari, y se prepararon para la defensa.

El día 11 de Junio del mismo año, se reunió el ayuntamiento con urgencia y se acordó el siguiente decreto:

"Por hallarse la ciudades de San Sebastián y Fuenterrabía sitiadas por las tropas francesas y la villa de Lequeitio empeñada en su asistencia y socorro, habiendo avistado en estas costas una escuadra enemiga de navíos ingleses dispuesta a invadir a las citadas ciudades y al mismo tiempo socorrer a las tropas francesas, mandamos que se formen cuatro compañías con sus cabos correspondientes, sin que por ahora se llame a la gente de tierra dentro, se da comisión a los Señores del Gobierno para su formación inmediata."

Se formaron las cuatro compañías con sus correspondientes Capitanes que fueron:

  • Don Pedro Bernardo de Villarreal
  • Don Agustín Ibañez de Rentaría
  • Don José Francisco de Unceta
  • Don Juan Ibañez de Zabala.

Y sus correspondientes Tenientes que fueron:

  • Don Ignacio de Avernica y Lizaranzu
  • Don Francisco de Artaza, licenciado
  • Don Antonio de Beingolea y
  • Don Domingo de Burgoa.

A continuación se escribieron ordenanzas y reglamentos para su buen gobierno, y que son las siguientes:

1º Que cada vecino soldado, tenga una libra de pólvora y veinticuatro balas del calibre de su fusil, así como cuatro piedras de chispa.

2º Que además de los cabos nombrados, se nombren por ellos otros cuatro cabos de escuadra para que reciban las ordenes que hubiere, y puedan también ser cabos algunos guardias que se necesiten poner en diferentes parajes.

3º Que la guardia principal se ubique en la plaza debajo de la Casa Consistorial, otro cuerpo de guardia en la Atalaya, dos mas de poca importancia en la ermita de San Roque e Isunza, y por último otras dos en Arzabala para vigilar Carraspio e Arzabala.

4ª Que cualquier embarcación que entrase por Isunza, aun siendo amiga, se le tomase datos por un cabo y un soldado, y al maestro de la nao se le trasladase hasta el cabo principal de la compañía, y si fuera necesario se le trasladara hasta el Alcalde, junto con los pasajeros que levantasen sospecha.

5º Que cada cabo principal, al comenzar la guardia, se reuniese con el Alcalde, para ver si había alguna novedad u orden.

6º Que siempre que el Alcalde lo ordenare, los cabos principales le debían asistir con dos, cuatro, seis o más soldados con total puntualidad, a cualquier hora y para cualquier función.

7º Que cuando se viese al enemigo cerca de la villa ó intentando entrar por cualquier paraje: se tocara la campana de la Atalaya; de la guardia de la Plaza se envíe un soldado al sacristán para que toque las campanas de la Iglesia a rebato; al mismo tiempo en la guardia mencionada se dispararan algunos tiros al aire y se tocara el tambor a rebato con mucho estruendo.

8º Que cuando se toque a rebato, todos los habitantes se dispongan en su sitio correspondiente, que los cabos principales les hubieran señalado, menos los que se encontraban de guardia, pues estos no podían dejar su puesto sin expresa orden, y todo esto con total puntualidad y prontitud y el que no lo hiciere así se le castigaría con mucha severidad.

9º Que siempre que los cabos principales avisaren a los de su compañía, se juntasen con prontitud para acudir a algún sitio para pasar revista de armas y hacer ejercicio de tiro y al que faltare a la obediencia le multe el Alcalde con aviso del cabo.

Con este decreto se empezó la guardia de noche así como los días de fiesta y los días que se iba a la mar, se hacia ejercicio por compañías, y a veces todas juntas. De día el atalayero, daba cuenta al Alcalde de todos los barcos que había visto.

El 12 de Junio de 1719, reunido el ayuntamiento toma la decisión de escribir a los señores gobernantes del Señorío, dando cuenta de todo lo que ocurre en la villa y del estado en que se encontraba la artillería así como de la falta de pólvora, pidiendo a su Señoría les entreguen:

dos quintales de pólvora para la artillería, quinientas piedras para fusiles de llave española, y quinientas para fusiles de llave extranjera.

Nombrando como Contestable de dicha artillería a don José de Mendeja, y dándole facultad para la buena disposición y para elegir como artilleros a quien él quisiera.

Envió el Señorío la pólvora necesaria y don José de Mendeja puso la artillería en buen estado, y preparó los cartuchos y balas conforme al calibre de los cañones, así como todos los instrumentos necesarios para su carga y descarga, señaló los artilleros y se hicieron los ejercicios tanto en días normales como en los festivos.

Durante esos días llegó una carta de la ciudad de San Sebastián, que rezaba así :

"M.N. y M.L. villa de Lequeitio: Como indicación a su anterior carta, donde me cuenta la escasez de gente que tiene, por hallarse en la mar o en otros menesteres, y no siendo mi ánimo el de restarle la que necesita V.S. para su conservación. Hallándome ya sitiada y sin comunicación posible por tierra, recurro a su favor, con la total confianza que me da nuestra inalterable y antigua amistad, para que se sirva enviarme con la mayor brevedad, todos los carneros vivos que cupieran en dos chalupas bien tripuladas y avisándome con el patrón del coste de los carneros así como de su fletamiento. Para que su navegación sea más segura, les aconsejamos que entren en Guetaria, donde se informaran de los movimientos de los tres navíos ingleses que estuviesen a la vista de sus barcos, pues a veces se acercan a tierra con gran osadía.

Ratifico a V.S. mi atención a su servicio y deseo que le guarde Dios en la mayor felicidad por muchos años.
De mi ayuntamiento de la M.N. y M.L. Ciudad de San Sebastián a 3 de Julio de 1719.
D. Antonio Arnite Sarove
D. José Manuel Arnaez Berra
D. Sebastián Miguel Eguzquiza

En la posdata se observada la minuta adjunta:
Las señas que han de observar las lanchas que han de venir de Lequeitio y reservaran los maestres para su gobierno, son las siguientes:

Sobre la entrada del puerto de San Sebastián hay un baluarte en el que hay cuatro piezas y cuando en este baluarte se hace fuego es señal de que la entrada esta libre.
Cuando se hace fuego bajo el castillo en el paraje que llaman “calabaza” es señal que no esta libre la entrada. Esto en cuanto se refiere a San Sebastián. En cuanto a Guetaria si se hace fuego en la cima del monte de San Anton, es señal de que la entrada no esta libre. Pero cuando el fuego se hace en la parte baja del mencionado monte es señal que la entrada esta libre en Guetaria.

La carta anteriormente citada se recibió el 7 de julio y el mismo día se reunió el ayuntamiento en pleno y especialmente se convocó a todos los marineros de las chalupas.

Se leyó la carta de San Sebastián y el primero de los maestros que se ofreció fue Martín Goyo que puso a disposición del ayuntamiento su chalupa y su persona, y mostrando su gran valentía se ofreció para luchar contra los barcos enemigos, pues su tripulación iría bien armada.

 

Imagen de la guerra intermitente

A continuación todos los demás le aclamaron y se pusieron a gritar que todos irían a socorrer a la ciudad de San Sebastián, y entre ellos se ofreció gente de tierra para acompañarles con armas.

El ayuntamiento, viendo que la respuesta era tan generosa por parte de la gente, y que estaban resueltos para la lucha, se decreto lo siguiente :

DECRETO

Que se daban muchisimas gracias a todos los maestres de chalupas y a todos los marineros, que tan generosamente se habían presentado para prestar ayuda desinteresada a la villa de San Sebastián, que se encontraba sitiada por tierra y sin comunicación alguna y por mar por tres navíos enemigos ingleses de guerra; y porque para tanta valentía se correspondía con otra valentía igual.

Que ninguna chalupa que vaya al dicho socorro lleve arma alguna, pues con chocar con las barcas enemigas no se obtiene provecho alguno para la ciudad ni con vencer alguna de ellas se quita fuerza de consideración a los navíos de guerra y de cualquier suerte era preciso no perder ningún vecinos de las tripulaciones, y que así si se encontrase alguna chalupa en distancia de menos de tiro de fusil y viesen que a fuerza de remo no podían escapar, se rindiesen y entregasen; y que en este caso la villa pagará el valor de la chalupa ó chalupas y atenderá a las familias de su tripulación en el tiempo en que estuviese prisionera; y que además del pago que les diere dicha ciudad por el fletamiento, la villa dará una gratificación a cada una por cada viaje.

Que se busquen cuantos carneros se pudieran a cuenta de la villa así como cuanto se ofreciere y pidiere la ciudad y para todo se da comisión a los señores del regimiento, como para ajustar el fletamiento, escribir a las villas de Marquina y Guernica para que franqueen sus carneros y obligarlos y se suplica a dichos señores tengan gran vigilancia para aportarlo todo de forma que la ciudad sea servida en todo y por todo a toda su satisfacción y de calidad que esta villa quede con subidos quilates de honor por haberse esmerado con evidente distinción y emulación de los demás puertos y lugares en la estrecha obligación que debe a la dicha ciudad, y en el servicio real; y se encargara a los maestres, que sus chalupas lleven bien tripuladas y con gente escogida para remar.

Por cierto, fue tanto el esmero del ayuntamiento y de la villa de Lequeitio que al día siguiente se despacho una chalupa con efectos y con una carta en respuesta a una que se recibió antes de que partiera la susodicha chalupa, que es la siguiente.

M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián: Ayer recibí la muy estimable carta de V.S. de tres de este en que se sirve, acordándose de nuestra antigua hermandad y amistad ( tan apreciable para mí ) para mandarle con la mayor brevedad posible dos chalupas con los carneros que puedan ir en ellas.

Convoqué ayuntamiento, en el que todos los maestres de chalupas se ofrecieron voluntarios para el socorro de vuestra ciudad e inmediatamente se pasó a solicitar carneros por toda la comarca, pero hoy solo se han conseguido 32 de estos animales, de los cuales 22 han costado 568 reales y medio de vellón y de los otros 10 todavía no se sabe el precio; y habiendo escasez de este genero de ganado en este país, se ha recurrido a Marquina y Guernica y su contorno para la segunda chalupa, por lo que si se lograsen de estos animales, iría mañana la segunda chalupa.

Cualquier cosa que quiera para su alivio, no tiene mas que pedírnoslo y este seguro que cumpliré con todo por nuestra inalterable amistad y con el dolor en que me hallo, por el sitio donde se encuentra V.S. Esta chalupa va enterada de las instrucciones y señas que V.S me envía y ajustada con 300 reales de vellón, y queda por mi cuenta el darles una gratificación por su valor y fineza; y las demás concurren por mi desempeño, pues le he asegurado por su valor en caso de perderlas y de atender a las familias de la gente si cayesen prisioneros; repito a V.S. que para cuanto valieren mis servicios los tiene V.S. prontos, sintiendo no puedan ser tantos como desea mi amor y celo.

Dios guarde a V.S. en su mayor gloria aumentándola en los trabajos.
De este mi ayuntamiento de la villa de Lequeitio a 8 de Julio de 1719.
Don Juan Meabe, don Nicolas Zatica. Por la M.N. y M.L. villa de Lequeitio su secretario don José Gomendio Urrutia.“

Después de escrita esta carta, llega una carta traída por don Andrés Ansotegui escrita por don Martín Oleaga con fecha de ayer en el que dicen que se envían dos bueyes cuarteados por cada día, que es lo que podrá servir a V.S. y estando para partir la chalupa mandó que se embarcase el que acaban de matar, y que sus cuartos pesan 38 reldes y se han ajustado en 6 reales y medio de vellón, y me avisará V.S para que se la envíen carneros de entre año pues de estos había algunos.

A continuación se despacharon cartas a Marquina y Guernica y sus contornos. La villa de Marquina con fina voluntad franqueó los pocos que tenía, y la de Guernica dio la negativa, que fue sumamente sentida pero tolerada contra la voluntad de algunos.
Con los carneros que se pudieron recoger y con cuatro bueyes cebones hechos cuartos, se despachó otra chalupa. Y llegó también el maestre Martín Goyo que trajo la siguiente respuesta.

M.N. y M.L. villa de Lequeitio: Recibo con total agrado y estima la carta de V.S. del 8 del corriente, con muestras de nuestra tan antigua amistad y siempre tan apreciable para mí y dándole las más fervientes gracias por el pronto envío de los 32 carneros vivos y un buey muerto y siguiendo el dictamen y sin quiebra de la amistad que V.S. tengo, suplico que después de enviarme los carneros que tuviese comprados, que la provisión siguiente sea solo de cebones y que sean 6 por cada día y de su traída se podrá hacer como V.S. lo juzgue oportuno.

He pagado a esta chalupa los 300 reales de vellón que V.S. ajustó por su viaje y remitiré el importe principal en cuanto lo sepa así como cumpliré en todo lo que acordase V.S. con su gente. He hecho que este maestre hable con el atalayero que hace la señal de si se puede entrar ó no, para que lo atine mejor, y para todas las ocasiones repito y renuevo mi total agradecimiento a V.S.

Todavía no ha empezado el ataque de los enemigos, por no haberles llegado la artillería, pero que esta tan cerca que no se puede salir al arenal. Y ruego a Dios guarde a V.S. muchos años que es mi deseo. De mi el ayuntamiento de la M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián a 9 de Julio de 1719.

Remito en esta chalupa 25 fanegas de trigo para reducir a harina. Y suplico también a V.S. este cuidado y que vengan en algunas de las que traigan los cebones y en otra que enviaré, en otras tandas.
Don Antonio Amite
Don José Manuel Arnarez Berra.
Por la M.N. y M.L. ciudad de San Sebastián, Miguel Egusquiza.

Desde el día 8, en que empezó el socorro a la ciudad de San Sebastián, hasta el día 18 del mes de julio, fueron 6 las chalupas que fueron a dicha villa, que transportaron 67 carneros, 18 bueyes cebones, 100 fanegas de trigo que trajeron de San Sebastián para convertirlos en harina, 5 pipas de vino y otras mercancías.

Se compraron 50 bueyes cebones a 6 reales y medio en canal. Lo peor de este socorro era el transporte, pues con el calor la carne de los bueyes se perdía.

La ciudad de San Sebastián había pedido vino tinto chacolí que por desgracia no había más que 12 pipas, de 2 barricas cada una, y con prontitud se pidió que se trajese de fuera, y se mandó recado de que no faltaría vino para celebrar misa y que mientras llegaba el vino que se había pedido que la gente se las ingeniase como pudiese y bebiese agua. También se les dijo que como les gustaba el vino de La Rioja, que a la mayor brevedad se les mandaría dicho vino de La Rioja.

Después del día 18, como a los dos o tres días, se despachaban chalupas ya con bueyes cebones ya con harina, algunas otras con carneros, vino, aves, verdura y con cuanto se podía recoger por la comarca; a la vuelta se traía trigo para reducir a harina, los molineros estaban prevenidos para que con la mayor rapidez se moliese y como venía húmedo, las mujeres estaban también prevenidas para ponerlo al sol y secarlo.

Durante este tiempo se hacían guardias sobre todo por la noche, y también se había avisado a las repúblicas vecinas, para que mandasen todos los hombres disponibles para este fin, cosa que lo hacían con toda celeridad y presteza, conforme a lo acordado en las reuniones que habían tenido conjuntamente.

Aunque la navegación era muy peligrosa por los 3 navíos ingleses que llevaban barcazas y estaban armados con cañones, los marineros lekeitianos se emplearon a fondo en el transporte y socorro, que aunque recibían dinero por su trabajo, era más por el cariño con que eran recibidos y tratados por los ciudadanos de San Sebastián.

Durante este tiempo la mar estuvo totalmente en calma y no supuso ningún peligro para la navegación, pero el cariz de la guerra iba de mal en peor, por el cerco que estaban poniendo los franceses, que ya para esas fechas habían tomado las faldas del Zeldo, en Pasajes y sucedía que algunas chalupas al tener que arrimarse hacia ese lado, eran recibidos por tiros de fusil de los franceses, así como al alejarse eran perseguidos por las barcazas de quienes escapaban a fuerza de remar con vigor y fuerza, así sucedió que habiéndoles perdido el miedo y la vergüenza solían arribar al puerto de Guetaria para repostar fuerzas.

Y estando cada vez con más fuerza y valor para llevar la ayuda y socorro, se recibió la ultima carta de triste suceso, en el que pedían no se les enviase más ayuda, pues la ciudad estaba a punto de rendirse y agradecían al villa de Lequeitio, su valor, generosidad y valentía en la ayuda que habían prestado.

En la villa de Lequeitio, se ordeno que la gente se estuviese quieta, pues había gente que todavía pedía ayuda para la ciudad de San Sebastián.

A primeros de Agosto de 1719, cercado por el ejercito francés que la estaba bombardeando, y viendo que no tenían gente para defenderla y lo único que conseguirían era la total destrucción de la ciudad, se rindieron al enemigo y así salvaron la ciudad.

Y esto es lo que sucedió en el cerco que impusieron los franceses a la ciudad de San Sebastián, y la ayuda valiente que ofreció la villa de Lequeitio, con la bizarría de sus marineros, exponiéndose a morir en dicha empresa, cosa que no ocurrió.
 

Sábado, 25 Marzo 2017 12:37

Videos de Lekeitio

 

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Sábado, 25 Marzo 2017 12:04

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Los mejores tragos de Lekeitio

Sábado, 25 Marzo 2017 12:03

Cómo llegar a Lekeitio

Ruta rápida

Desde Bilbao tomaremos la autopista A-8, dirección Donostia-San Sebastián. La abandonaremos en la salida 18 (Amorebieta-Etxano). De allí, enfilaremos la carretera BI-635, dirección Gernika-Lumo. Una vez en esta localidad, tomaremos la BI-638 hacia Lekeitio, pasando previamente por Kortezubi y Solarte-Gallete.

Ruta rápida II

Desde Bilbao tomaremos la autopista A-8, dirección Donostia-San Sebastián. La abandonaremos en la salida 17 (Iurreta-Durango). De allí, enfilaremos la carretera BI-634, dirección Markina-Xemein. Una vez en esta localidad, seguiremos por la BI-633 y cogeremos la carretera BI-2405 dirección Lekeitio.

Ruta costera

Desde Bilbao tomaremos la autopista A-8, dirección Donostia-San Sebastián. La abandonaremos en la salida 18 (Amorebieta-Etxano). De allí, tomaremos la carretera BI-635, dirección Gernika-Lumo. Una vez en esta localidad, tomaremos la BI-638 hacia Lekeitio, pasando previamente por Kortezubi. De aquó coger la BI-2238 dirección Natxitua/Ea hasta llegar a Ispaster. Al llegar a Ispaster coger la BI-2238 dirección Lekeitio.

Desde Donostia-San Sebastián

Tomaremos la autopista A-8 dirección Bilbao. La abandonaremos en la salida 13 (Itziar-Mutriku-Ondarroa). De allí, tomaremos la carretera GI-638 hasta llegar a la localidad de Ondarroa. Una vez llegados a Ondarroa tomaremos la GI-633 dirección Markina-Xemein. En el camino cogeremos la carretera BI-2405 dirección Lekeitio.

Desde Vitoria-Gasteiz

Tomaremos la autopista N-240 dirección Bilbao/Durango/Bergara. En Legutiano tomaremos A-623 hasta llegar a Durango. En Durango enfilaremos la carretera N-634 dirección Markina-Xemein. Una vez en Markina-Xemein seguiremos por la N-633 y cogeremos la carretera BI-2405 dirección Lekeitio.
 

Sábado, 25 Marzo 2017 12:02

Puntos de Interés en Lekeitio

Planos de Información sobre puntos de interés de Lekeitio

Plano Informativo   -   Patrimonio Artístico

Sábado, 25 Marzo 2017 12:02

Plano Patrimonio Artístico

Patrimonio Cultural de Lekeitio

45 35 41 39 39 55 30 52 52 56 50 50 48
44 patrimonio 46
38 31
36 28
34 32
43 40
37 42
54 01
33 53
47 49



patrimonio1

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Sábado, 25 Marzo 2017 11:57

Plano Informativo

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